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UNA FERIA DEMASIADO LARGA CON HORARIO DEMASIADO CORTO

Repaso semanal ·

Javier Recio

Málaga

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Domingo, 25 de agosto 2019, 09:59

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La que se presentó como la feria más larga de la historia pasará a la posteridad como una feria que se ha hecho larga. Diez días son demasiados, incluso para Málaga, que se ha convertido en uno de los puntos festivos más visitados de España. Sin duda ha sido un éxito para la hostelería que el puente de agosto cayera en plena feria. El ambiente fue simplemente espectacular los cuatro primeros días. Se buscaba eso, llenar a mitad de mes. Pero la feria en sí ha sufrido un serio bajón durante los cuatro días siguientes, en el que la falta de ambiente era patente. Y eso daña bastante la imagen de las fiestas. No hay nada peor que una feria sin feriantes. A eso ayuda además la dispersión de los dos escenarios que coinciden en el tiempo durante las primeras horas de la tarde. La apuesta del Ayuntamiento por el real está empezando a dar sus frutos poco a poco. La llegada de varios restaurantes de éxito de la capital está consiguiendo que sea un punto de encuentro para la gente que le gusta la feria más tradicional, aunque hay que tener cuidado con caer en la sevillanización. Y es que ya se han producido las primeras quejas de ciudadanos a los que no se les ha dejado pasar a determinadas casetas consideradas más 'pijillas' con decoración que recuerda demasiado a las hispalenses. La feria de Málaga siempre se ha distinguido porque está prohibido prohibir el paso. Es una feria abierta. Estos problemas no se dan afortunadamente en el centro, que un año más le ha ganado la batalla al real en las horas en las que puede competir con el mismo.

Baste como dato que uno puede estar funcionando hasta las seis de la tarde y otro hasta la seis... de la madrugada. A eso se le llama libre competencia. Pues aún así, la gente ha preferido de manera mayoritaria el casco urbano, que por otra parte es la gran seña de identidad de la feria de Málaga. Su decorado es mejor, es más limpio y además más cómodo para el transporte, pues todas las líneas de autobuses de los barrios llegan al centro. En las plazas donde hay música, que han estado prácticamente llenas todos los días, incluso los más flojos, la gente se queda chafada cuando se acaba las seis de la tarde. Nadie entiende cómo se puede querer expulsar a la gente de las calles a esa hora tan intempestiva para meterse en un local cerrado. ¿A quién se molestaría en la calle de seis a ocho de la tarde, por ejemplo? La concejala de Fiestas, Teresa Porras, que precisamente fue la que se inventó los exitosos conciertos en las plazas, todavía no ha explicado cuál es la verdadera razón por la que le corta el rollo a la gente a las seis de la tarde. Lo de tener que limpiar a esa hora es un argumento que no se cree absolutamente nadie. Porque antaño se empezaba a limpiar hasta a las once y a las doce de la noche. ¿Y en Semana Santa cuándo se empieza a limpiar?

El equipo de gobierno, con el alcalde a la cabeza, debe reflexionar sobre este asunto y prolongar un par de horas la feria en las calles del centro. Más que nada porque la gente sigue de fiesta y no hay que 'condenarla' ni dirigirla a los bares de copas y discotecas a plena luz del día para alegría de los pocos dueños de estos locales, que seguramente estarán encantados con esta prohibición. ¿Por qué no cumplen y dejan que la feria sea efectivamente de día (lo que dure la luz del día)? ¿Dónde está el problema? El botellón se va a seguir dando siempre con mayor o menor incidencia. Este año parece que ha habido más en el real. Pero eso es incontrolable porque su prohibición efectiva podría provocar verdaderos altercados públicos. Lo cierto es que la feria en esta edición ha ido bastante bien a nivel de seguridad, porque no se han producido incidentes de importancia ni en el centro ni en Cortijo de Torres. También ha habido bastante mejor ambiente. No se han visto descamisados, aunque siempre está el colgado que se pone en pelotas, que suele ser un guiri. Pero esto hay que tomarlo como algo anecdótico. La gente ha tenido un comportamiento bastante aceptable, pese a que haya más de uno que haya bebido más de la cuenta. La feria es así desde tiempos inmemoriales.

Otro punto quizá mejorable sea el de las actuaciones que se han traído al auditorio municipal. Sin desmerecer a ningún artista (hay que destacar el llenazo de Camela) y entendiendo que se busque hueco a los malagueños, las fiestas de Málaga tienen que volver a traer artistas de primer nivel como se hacía antes. Aquí han cantado en feria Miguel Bosé, Rocío Jurado, Carlos Cano, Raphael, Luz Casal, Sabina... Y ahora el nivel ha bajado bastante. Reconociendo que la feria ha ido bien y que se ha consolidado como una fiesta de gran éxito, hay que pulirla para mejorarla. Esta edición ha sido demasiado larga y con un horario demasiado corto.

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