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Felip Ariza
EL FOCO

El exceso de lujo, la falta de belleza

Quizás el reto sea conseguir que lo ordinario, lo cotidiano, albergue cada vez más rincones y experiencias extraordinarias

Domingo, 9 de julio 2023, 02:00

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Nos tenemos que posicionar como destino de lujo. Está frase, que ya huele a manida, a sobada, a mantra, es constante en foros de turismo, ... en debates con políticos, incluso en campañas electorales en boca de la izquierda. No queremos a los que llegan con el presupuesto ajustado para la compra del Carrefour Exprés, parece ser. Pero vayamos al lujo. A tratar de entender qué es. Para muchos, el lujo se ha convertido ya simplemente en tener tiempo de desconexión. De descanso. De prescindir del móvil, de poder vivir sin wifi, no tener necesidad de subir a las redes el último plato incorporado al menú del restaurante de moda. La posibilidad de estar ilocalizable. Ese lujo de lo raro, lo extraordinario. Ese lujo no requiere ninguna infraestructura. Puede ser que le sobre alguna, de hecho. Podría estar en un hotel adaptado al paisaje en los montes de Málaga, en una piscina bajo los pinos, con la posibilidad de iniciar caminatas por senderos desde allí, viendo el mar entre las copas, justo en ese preciso momento en el que el agua, plato, se torna color plata y se confunde en el horizonte. Ese mar que puede surcar un crucero de salida, con familias agradecidas a ese plan que es sencillo, no se elige dónde cenar, no se pelea nadie por dónde comer. Pero ese turismo no lo queremos. Preferimos otros cruceros, pequeños, con velas, madera barnizada, cocinero de ceviche peruano. Queremos megayates de multimillonarios tecnológicos, futbolistas de Champions, príncipes del Golfo. Quieren.

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