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Susana Díaz y Juanma Moreno. EFE
OTRA ETAPA TAMBIÉN PARA ANDALUCÍA

OTRA ETAPA TAMBIÉN PARA ANDALUCÍA

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Domingo, 3 de junio 2018, 10:23

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La entrada de Pedro Sánchez en La Moncloa tendrá repercusiones políticas en Andalucía. Las tendrá en principio por la cercanía de unas elecciones en esta comunidad y el que estas posiblemente sigan siendo las primeras del cargado ciclo electoral de 2019. La primera consecuencia quizás sea un cambio de planes en el calendario. Susana Díaz había apostado por agotar la legislatura, pero barajaba si apretar el botón de la convocatoria en otoño de este año o en su fecha, marzo de 2019. Todo va a depender de cuándo piensa Sánchez adelantar las generales. Díaz no quiere que coincidan ambas elecciones. En el PSOE-A apuestan por que Pedro Sánchez alargará al menos un año la convocatoria y tratará de demostrar su capacidad de gobierno con unos presupuestos propios para el próximo ejercicio.

La fecha de las generales no es el único factor a tener en cuenta tras la semana trágica de Mariano Rajoy. Susana Díaz debe estar sopesando también la convocatoria en función de la sentencia del juicio del 'caso ERE', con sus dos antecesores, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, en el banquillo de acusados junto a 20 antiguos cargos de los gobiernos socialistas. Rajoy no se esperaba una condena tan tremenda de la 'Gürtel' y pensaba que este caso de corrupción en el PP ya estaba amortizado tras ganar las dos últimas elecciones. Lo mismo creen los socialistas andaluces con el 'caso de los ERE'.

Es verdad que no hay paralelismo entre 'Gürtel' y 'ERE', porque en este juicio no se juzga financiación del PSOE ni enriquecimiento de personas de este partido como sí en la sentencia de la trama de Correa. Tampoco Susana Díaz ni Pedro Sánchez pertenecían a la cúpula del PSOE o de los gobiernos cuando ocurrieron los posibles desmanes, como sí Rajoy cuando los de la 'Gürtel'. Aún así, cualquier condena, aún sin enriquecimiento de ninguno de los acusados, significará un varapalo para el partido que gobierna la Junta y ahora la nación. De que así sea se encargará la oposición, como el propio Rajoy dejó claro en el debate de la moción. El PP y también Cs ya cargan con dureza contra Susana Díaz por ello.

Lo interesante será ver si Díaz y Sánchez competirán con dos formas de gobernar Moreno se queda sin ministros para su campaña a la Junta, pero quizás tampoco los de Sánchez vengan a hacérsela a Díaz

El juicio está previsto que acabe en noviembre y es posible que se alargue, pero el tribunal no está por la labor de que sea así. Algunos abogados opinan que la sentencia no se conocerá hasta pasado mayo, pero eso solo lo sabrá el tribunal cuando se ponga a trabajar sobre ello.

El antecedente de las consecuencias de la sentencia de la 'Gürtel' en la futura sentencia de los ERE debe estar en las cábalas de Susana Díaz a la hora de decidir la fecha electoral de las elecciones andaluzas. Si a ello se suma la posibilidad de un adelanto de las generales a marzo si Sánchez no se ve capaz de conducir un gobierno en minoría, lo más probable es que la presidenta de la Junta esté trabajando ya sobre unas elecciones en otoño.

En esta ecuación entra también la debilidad en la que están ahora los partidos de la oposición, sobre todo el PP, noqueado por la pérdida del poder en el Gobierno y una reestructuración del partido a partir de septiembre. Si hay sucesión de Rajoy, habrá que ver qué papel juega Juanma Moreno y si su apuesta resulta la ganadora. Siempre se le vio del lado de Soraya Sáenz de Santamaría, pero también de Alberto Núñez Feijóo. El PP andaluz tiene un peso indudable en el futuro del partido, pero Moreno no lo controla en realidad. No hay un PP andaluz único, sino dividido en varias familias, con Arenas y Cospedal de progenitores.

Lo mejor para Moreno será que Rajoy no abra el melón de la sucesión hasta después de las municipales. Eso le permitirá centrarse solo en su campaña a la Junta. Pero también esta se verá afectada por el vendaval Sánchez. Moreno temía los efectos de la sentencia de la Gürtel y la cárcel de Zaplana, pero esto ya queda pequeño comparado con el revés imprevisto que supone no poder contar con ministros y Rajoy como presidente en la campaña electoral. La ventaja que tendrá es que quizás tampoco los ministros de Pedro Sánchez vengan a hacerle la campaña a Susana Díaz.

Ciudadanos, que subía como la espuma, tiene ahora un difícil papel. Su portavoz en Andalucía insiste en que seguirá colaborando con Susana Díaz en la aplicación del acuerdo de investidura. De hecho esta semana votará la admisión a trámite de la ley de Agricultura. Cs es un partido piramidal, por lo que su relación con el PSOE en la Junta no la va a decidir Marín, sino Albert Rivera, quien ahora no tiene sintonía ni con Susana Díaz y mucho menos con Sánchez. Será interesante observar si Juanma Moreno y Marín logran formar un bloque de oposición a Susana Díaz con vista a las autonómicas. Lo tendrán más fácil ahora con Sánchez en La Moncloa que antes con Rajoy. Además de los ERE, está la negociación de Sánchez con Cataluña para socavar a la presidenta. Los discursos de ambos se han parecido mucho estos últimos días.

En cuanto a Podemos e IU, estos salen fortalecidos con la operación de Sánchez, pero está por ver si también en Andalucía. La confluencia y la moción han destapado la guerra interna en Podemos. El partido a nivel nacional busca un entendimiento con el PSOE cara a futuros gobiernos si en este no es posible, mientras que en Andalucía Teresa Rodríguez sostiene lo contrario, su pelea abierta con un PSOE que lleva gobernando casi cuatro décadas y con Susana Díaz. La disputa de Teresa Rodríguez y Anticapitalistas con Pablo Echenique esta semana se debe en parte a la vieja aspiración de decidir en Andalucía las listas y una estrategia diferenciada de la nacional.

Para todos los sectores de la política andaluza se abre una nueva etapa, sobre todo para Susana Díaz, que tendrá que resetearse de nuevo. Tanto el bloque de la derecha (PP-Cs) como el de la izquierda (Podemos-IU) intentarán minarla de todas las maneras por el PSOE en La Moncloa.

Lo que tendrá más difícil de superar será el protagonismo de Pedro Sánchez como presidente ahora que se cumple aquello que le sentó tan mal de «Susana, tú a San Telmo y yo a La Moncloa». Susana Díaz dice que a Andalucía siempre le fue bien con un presidente socialista. Los presidentes de la Junta tuvieron hilo directo con los presidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Ella por ahora no tiene hilo directo con Sánchez, algo que se verá cuando ninguno de los ministros andaluces que nombre sean de su influencia.

Las relaciones de los presidentes andaluces con los gobiernos de Felipe y Zapatero y los líderes del PSOE no fueron siempre idílicas: Rafael Escudero dimitió por discrepancias con el primer gobierno de Felipe. Manuel Chaves no se hablaba con Alfonso Guerra. Griñán y Rubalcaba también se distanciaron. Ahora bien, ninguno hizo oposición a los gobiernos socialistas. Lo interesante esta vez es si Díaz y Sánchez competirán con dos formas de gobernar, una desde Sevilla y otro desde Madrid. Ella le ha prometido lealtad. Barcelona está en medio y las decisiones sobre Cataluña será la primera prueba de fuego en la que calibrar si Díaz cumplirá su amenaza del pasado julio: «No me hagas elegir entre dos lealtades», en alusión a Andalucía y el PSOE, sobre su posición en contra de concesiones a los separatistas.

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