Es voluntad, no dinero

La desidia ante pequeños gestos que ayudan a la gente duele más que la falta de inversiones

Ignacio Lillo

Málaga

Miércoles, 22 de octubre 2025, 00:01

A veces, muchas, no es cuestión de dinero, sino de voluntad. De querer, con gestos sencillos y humildes, mejorar la vida de la gente normal. ... Dicen que el hambre agudiza el ingenio, y se ve que en el Gobierno andan bien alimentados, porque de chispa, la justa y necesaria. Con la cantidad de diputados que hay en Málaga por cuenta de los partidos en el Gobierno, ya me extraña que a ninguno se le haya ocurrido acercarse a escuchar a los usuarios del Cercanías...

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Tampoco pasa nada, porque nosotros los periodistas tenemos muchas funciones asignadas en el sistema democrático, por más que le pese a algunos. El caso es que, entre esas capacidades está la de mediar, la de trasladar las aspiraciones y las necesidades de los ciudadanos. Pues lo que nos piden los pasajeros de la C1 y la C2 en Málaga que transmitamos a nuestros gestores, y particularmente a los responsables de Renfe y Adif, son unas cuantas propuestas que, de puro sentido común, rechina que todavía no estén hechas. Pues no hablamos de grandes inversiones en cifras apabullantes, que casi nadie se cree.

Lo que los pasajeros piden son básicamente dos cosas: que lo poco que hay, funcione razonablemente bien. Y que funcione durante más tiempo. Sobre lo primero, de verdad, siendo como es la estación del tren del aeropuerto la mismísima fachada de la Costa del Sol, que las escaleras mecánicas estén 10 meses rotas es lamentable. Son las más necesarias, tanto por la cuestión de la imagen como porque a los aeropuertos, los viajeros suelen llevar unos artilugios pesados que se llaman maletas. Si hubiera sensibilidad, en lugar de chapucear el arreglo, Renfe tendría que haber instalado escaleras nuevas. Sólo es cuestión de ponerle imaginación y ganas de resolver los problemas urgentes con la premura debida para el caso.

Sobre la segunda premisa, esto es, que el tren funcione durante más tiempo, no se pide más que los fines de semana, básicamente, los viernes y sábados durante las madrugadas, exista al menos una salida cada hora para volver a casa. Digamos que pudiera haber un tren a las 12, a la una y a las dos, por ejemplo, para que venir a cenar a Málaga no sea como el cuento de la Cenicienta, que es lo que ocurre ahora.

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Eso no tendría más coste que las horas extra de los maquinistas, y es posible sólo con un poco de voluntad. Que luego se nos llena la boca de transporte público y de la manida sostenibilidad, pero es difícil ser sostenible cuando no se ponen los medios necesarios. A falta de las grandes inversiones a las que aspiramos, estos pequeños gestos ayudarían a mucha gente. Pero para Málaga, ni una cosa ni la otra...

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