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Enemigos íntimos

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Lunes, 20 de agosto 2018, 09:41

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En el clásico balance de Feria debería figurar el número de fotos para las que han posado nuestros políticos. Apretados, carnes bronceadas y ropas empapadas, este año han repartido sonrisas electorales, más o menos impostadas, como si cada caseta fuera un granero de votos. Sorprende la omnipresencia de Dani Pérez, entregado a su trabajo de alcaldable, dispuesto a apretar la mano de medio millón de malagueños en cuestión de meses. Y hasta de quitarles los calores, para lo que ha encargado abanicos con su cara impresa. De ahí a tener una línea propia de ropa hay un paso. By DaniPe. Como gane las elecciones, que nadie descarte la posibilidad de que el candidato socialista acabe apareciendo en la cartelería de Cerveza Victoria, la fachada del Astoria o las botellas de Larios, aunque su deseo más inmediato pase por adquirir formas fantasmales en las pesadillas de Francisco de la Torre. Promete la campaña para las municipales. Hasta Elías Bendodo posó con uno de los abanicos by DaniPe. Nada une más que un enemigo común. Pérez comentó la imagen («Nuevos aires», escribió en Facebook, guiño incluido) y el presidente de la Diputación le cortó las alas: «No te vengas arriba».

Se nota cierta complicidad, siquiera generacional, entre Pérez y Bendodo, al menos más de la que puede percibirse entre el líder provincial del PP y el alcalde. De la Torre cultiva con esmero su condición de verso suelto, capaz de meterse en todos los berenjenales posibles, algo que los periodistas deberíamos agradecer, y Bendodo respeta la disciplina de partido como un credo. Ahora tienen el reto de acercar posturas, por el bien de su resquebrajada formación, y maquillar desavenencias, aunque el asunto puede acabar peor que la aventura musical de Sabina y Fito Páez, que comenzaron a componer un disco juntos y tuvieron que acabar titulándolo 'Enemigos íntimos' y suspendiendo su gira, incapaces de soportarse. Sabina escribió luego un poema extraordinario: «Pongamos el punto final / y volvamos cada cual, / como gatos escaldados, / a ordenar nuestro tejado».

En las fotos de feria también puede detectarse fácilmente a los doctorados en contorsionismo. Los distinguirán por haberse abierto un hueco imposible en el que apenas caben, casi siempre cercano al centro por si los diarios recortan al día siguiente. El centro es como el cielo para los cristianos; nadie sabe en qué consiste pero todos quieren alcanzarlo. Por sus cargos, algunos políticos tienen un lugar de privilegio reservado en las fotos sin necesidad de codazos, al menos de momento, porque las únicas responsabilidades vitalicias son las familiares, por mucho que les pese a quienes han fabricado poltronas a medida. Uno de los que siempre posa en el centro es Juanma Moreno, a quien le gusta mantener impolutos sus zapatos y no debe de hacerle gracia tener a Esperanza Oña pisándole los talones. Enemigos hay muchos, pero solo hay que preocuparse de los íntimos.

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