Ya hay fecha para la próxima convocatoria electoral, vuelven los nervios y los debates televisados. Tenemos día, por fin, después de que el adelanto se ... viniera rumiando en el ambiente desde hace por lo menos un año; y diría que más, porque ya es costumbre que en nuestro país se hable de adelantos electorales desde la misma noche de las elecciones. Los resultados pocas veces nos cuadran. Los políticos pocas veces se ponen de acuerdo. Le han cogido el gusto a convocarnos. Hemos estado cerca de que se hayan celebrado elecciones generales en pleno confinamiento. Se pelean también vía Zoom.
Publicidad
Juanma Moreno Bonilla ya ha encontrado fecha. Ha sido una meditación larga, expandida, una reflexión profunda que ha pasado por varias escenas. Una de ellas sucedió bajo el Cristo de la Exaltación, con el presidente meditando la fecha de la misma manera en la que los articulistas nos encomendamos al Cristo de la Columna. Fue insuficiente. Hubo más reflexiones en la intimidad de su hogar que también es el nuestro, como lo es toda Andalucía, o inaugurando una parada de metro. En Málaga hacer un metro ha sido un chollo para los políticos porque pueden inaugurar cada parada. Ha llegado a haber años entre una y otra inauguración, y entre una y otra parada, convirtiéndole en el metro más lento del mundo para viajar en comitiva.
Las elecciones serán el 19 de junio, estaremos todavía a una temperatura agradable, quizá con brisa fresca. No habrán llegado las temperaturas alarmantes a algunas horas del día para fundirnos en la arena como Ciudadanos. Usaré pantalla total para Vox. Quedan menos de dos meses y no sé si nos va a dar tiempo para conocer a Juan Espadas. Lo que sí sabemos es que las andaluzas caerán en domingo, un hecho del que no se encuentra novedad, excepto porque se llegó a plantear que podría ser un viernes o un sábado. Y por qué no, se preguntaban, por qué siempre los domingos, que si hace calor se desaconseja ir la playa, salir a mediodía, salir por la tarde y hasta comer fuera, porque te tiran los platos. Pero se podría hacer no ya en otro día de la semana, sino en dos, para que a todo el mundo le dé tiempo. Votar de noche. Emitir un sufragio cuando vuelves de los bares: un voto envalentonado, tanto que podría ser declarado nulo por el estado de inconsciencia en el que se encontraba gozoso el votante. Cada vez resulta más preocupante la abstención. Puestos a que pueda votar cualquiera, que vote cuanta más gente, mejor. Para que el resultado sea lo más parecido posible a la voluntad del pueblo, aunque sea de aquella parte del pueblo que tiene voluntad. Hay que votar de noche.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión