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Salvador Pérez Moreno
CATEDRÁTICO DE ECONOMÍA APLICADA-POLÍTICA ECONÓMICA Y DIRECTOR DE LA ESCUELA DE DOCTORADO DE LA UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
Sábado, 18 de enero 2025, 01:00
Tradicionalmente, los estudios de doctorado se han identificado como la puerta de entrada a la carrera investigadora dentro del ámbito universitario. Este enfoque consolidó la percepción del doctorado como un programa exclusivo del mundo académico, con frecuencia desvinculado de las dinámicas empresariales y sociales del ... entorno. Sin embargo, en la actualidad, aunque varía según la disciplina, una proporción creciente de estudiantes de doctorado busca alcanzar este máximo grado académico del sistema educativo con objetivos que van más allá del ámbito universitario, orientándose hacia salidas profesionales nacionales e internacionales diversas en las que pueden aplicar la rica formación adquirida durante la realización de su tesis doctoral. A casi un siglo de las reflexiones de Ortega y Gasset sobre las misiones fundamentales de la universidad, su mensaje sigue plenamente vigente: la formación de investigadores continúa siendo una de las funciones esenciales de la universidad. Sin embargo, en la sociedad de la información y el conocimiento, y particularmente en el contexto de la Málaga actual, con su pujante ecosistema empresarial y su fuerte dinamismo socioeconómico, los estudios de doctorado adquieren una dimensión renovada. Trascienden las fronteras académicas para integrarse en el tejido productivo, dado su potencial para impulsar la innovación y facilitar la transferencia de conocimiento, generando valor tanto en el ámbito empresarial como en la sociedad en general.
En 2025, por cuarto año consecutivo, la economía malagueña puede registrar un crecimiento superior al promedio andaluz, nacional y europeo. Este avance está respaldado por un notable dinamismo empresarial y un sólido ritmo de creación de empresas en diversos sectores, desde el turismo y la cultura hasta el sector tecnológico, donde Málaga se ha consolidado como un referente de primer nivel tanto a escala nacional como internacional. Su capacidad para atraer inversiones y fortalecer su posición en el mapa global de la innovación ha reforzado su protagonismo económico. No obstante, no podemos pasar por alto que la provincia enfrenta igualmente importantes retos, que van desde el desarrollo de infraestructuras clave para garantizar un crecimiento armónico y sostenible hasta la imperiosa necesidad de encontrar soluciones efectivas al problema de la vivienda, sin olvidar la importancia de reducir las desigualdades sociales y territoriales, no solo en el conjunto de la provincia sino también en el seno de la propia ciudad de Málaga.
En este escenario de enorme potencial y significativos desafíos, los estudios de doctorado aportan a sus estudiantes capacidades avanzadas que resultan fundamentales para la construcción de la Málaga del futuro. Competencias como el análisis crítico, la capacidad de generar soluciones originales, la creatividad, la comunicación efectiva de ideas complejas, el fomento de colaboraciones multidisciplinares, la gestión de proyectos de gran envergadura, la formación para desenvolverse en entornos internacionales, la adaptabilidad a contextos cambiantes o la visión estratégica que conecte el conocimiento teórico con aplicaciones prácticas son algunas de las capacidades que hoy día un doctorado puede proporcionar al mundo empresarial y profesional para abordar los retos emergentes de nuestro entorno.
La normativa española sobre los estudios de doctorado contempla la mención de Doctorado Industrial (aunque quizás términos como «empresarial» o «profesional» podrían considerarse más adecuados), basada en una colaboración entre la universidad y una entidad, ya sea privada o pública, en la que el estudiante debe estar contratado durante al menos un año a lo largo de su periodo doctoral. Esta modalidad, que puede desarrollarse en las cinco grandes ramas de conocimiento —Artes y Humanidades, Ciencias, Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales y Jurídicas, e Ingeniería y Arquitectura— fomenta la alianza de la academia con empresas, administraciones públicas y entidades privadas sin ánimo de lucro, con el objetivo de formar a investigadores en entornos prácticos de desarrollo e innovación. Durante este proceso, los doctorandos realizan su tesis doctoral dentro de proyectos de investigación aplicada o de desarrollo experimental, conectando sus investigaciones con desafíos reales concretos. De este modo, contribuyen al avance de la innovación en su sentido más amplio, entendida como todo cambio basado en conocimiento que aporta valor y, por ende, favorece el desarrollo económico y social de un territorio, al tiempo que adquieren una valiosa experiencia profesional. Desde esta perspectiva, los 26 programas de doctorado de la Universidad de Málaga pueden concebirse como un auténtico centro de I+D+i a disposición del tejido productivo malagueño. Con una cantera de más de 2.500 estudiantes de doctorado, donde el talento y la motivación brotan en abundancia, estos programas ofrecen la oportunidad de trasladar la investigación puntera de los grupos de la UMA a la resolución de problemas prácticos específicos a través de proyectos doctorales que promuevan la innovación en sus distintas vertientes, desde la tecnológica hasta la social y cultural, con el objetivo de impulsar una Málaga del futuro próspera, sostenible e inclusiva, en la que el conocimiento y la innovación sean motores de desarrollo y bienestar.
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