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Dinero gratis

En España los políticos cobran poco. En realidad, casi nadie gana lo suficiente

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Martes, 16 de octubre 2018, 07:39

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Tenemos que estar en contra de la pobreza y al mismo tiempo muy a favor de que la gente se haga rica. El debate producido por la subida del salario mínimo de 735,9€ a 900€ mensuales está siendo muy de andar por casa y refleja dos circunstancias que ya son típicas. Primero, que hay gente que está encantada con que España continúe siendo un país abanderado por la precariedad; a la cola de Europa en casi todo. Los mileuristas son los nuevos ricos. En principio estábamos de acuerdo en que la recuperación tenía pendiente una reestructuración de los salarios pero era un espejismo, porque hay certezas que se desinflan con cada cambio de Gobierno. En segundo lugar, ha vuelto a relucir la facilidad con la que los bulos se expanden de forma desorbitada. Gente escandalizada, opinando sobre hechos que son mentira, 'fake news': Pablo Casado jamás ha dicho «haré lo posible para impedir que el salario mínimo suba a 900 euros». Lo que sospechamos sin embargo es que el PP, Ciudadanos y la patronal van a terminar haciendo todo lo posible para que el salario no suba a 900 euros.

Ahora vamos a echarles un cable a los políticos que trabajan, cada uno a su manera, por hacer la vida más feliz y más justa. Está generalizada la idea de que la gente que entra en política lo hace por dinero pero sus sueldos, en España, van más bien por lo bajini. Los 64.062 euros al año que cobra en bruto el alcalde de Málaga no parece desde luego acorde con su responsabilidad, tampoco los ochenta mil del presidente del Gobierno, por no hablar del alcalde de la entrañable localidad de Istán que, sin dedicación completa, recibe 180 miserables euros al año. No solo tienen sueldos bajos en comparación con lo que obtendrían en una empresa privada, sino también muy irregulares: el presidente de la Generalitat tiene, para dinamitar el país, el doble que Pedro Sánchez. En España los políticos cobran poco. En realidad, casi nadie gana lo suficiente. En Podemos y sus confluencias limitan los honorarios de sus representantes a tres veces el salario mínimo. Con la subida ellos cobrarán 2.700 al mes en catorce pagas, que es un salario desde luego digno pero insuficiente para, por ejemplo, remunerar a la alcaldesa de Barcelona.

Hay gente a la que le gustaría que los políticos se desplazaran por ley en bicicleta. A mí me parece estupendo que Carmena vaya a trabajar en metro, que el de Cantabria aparezca en un taxi a la Moncloa con sus anchoítas o que Zorrilla use la bici. La que se lio con la visita de Pedro Sánchez al FIB en avión presidencial fue uno de los debates más cutres de los últimos años. Creo que no es mucho pedir que, mientras que los españolitos de a pie sobreviven con sueldos de mierda, por lo menos estemos representados con dignidad y con el protocolo que envuelve al poder, que me parece muy bien que exista.

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