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Cuadratura del círculo

Los Presupuestos enfrentarán al Gobierno a una pugna entre sus promesas y los recursos disponibles

Lunes, 20 de enero 2020, 07:35

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El Gobierno aspira a imprimir un giro social a la política económica con el loable objetivo de restañar las heridas dejadas por la Gran Recesión en los colectivos más vulnerables. Para ello, le resulta primordial disponer de unos Presupuestos que sustituyan a los prorrogados del PP aún en vigor y emprender reformas legales que visualicen la apertura de un nuevo tiempo. Su aprobación pondrá a prueba la precaria mayoría de un Ejecutivo cuyo presidente fue investido merced a la decisiva abstención de ERC y EH Bildu. Dos grupos para los que la gobernabilidad de España está lejos de ser una prioridad y que tienen en su mano inclinar la balanza del Congreso a favor o en contra de Pedro Sánchez, en función de que sus exigencias sean satisfechas o no, si el PSOE y Unidas Podemos no consiguen la complicidad de otras fuerzas políticas -incluso del PP y Ciudadanos- en proyectos estratégicos. Las Cuentas del Estado son determinantes para cumplir algunos de los compromisos asumidos por los dos socios en el poder, pero sobre todo para asegurar al Gabinete de coalición oxígeno con el que sobrevivir al menos un par de años. Su elaboración pondrá de manifiesto las estrecheces económicas en las que se moverá un Gobierno que ha tenido la imprudencia de anunciar una batería de medidas sin concretar su alcance exacto, su coste, cómo piensa financiarlas ni su periodo de implantación. Las promesas de Sánchez en materia de pensiones, subida salarial de los funcionarios, sanidad o educación -entre otras materias- representarán un fuerte aumento del gasto, que en modo alguno compensarán los aumentos fiscales previstos. Tal desfase se ve agravado por las exigencias de Bruselas para aplicar ajustes por valor de 8.000 millones que rebajen el déficit y cumplir así las normas de estabilidad; una obligación «ineludible», en palabras de la ministra de Hacienda, pero no respetada el pasado año. A esa cuadratura del círculo se enfrenta un Ejecutivo sustentado por múltiples y diversas fuerzas con intereses contrapuestos, que necesita al menos reeditar -previo pago de nuevas concesiones- los apoyos de la investidura y en el que conviven dos partidos con criterios no siempre coincidentes, cuyas diferencias no resuelven el genérico programa de actuación que han suscrito. Lo mismo que con los Presupuestos sucede con la reforma laboral, fiscal o el modelo de pensiones. La política económica se verá así condicionada por la pugna entre lo deseable y lo realmente factible.

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