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Coplillas al 2-D

Intruso del Norte ·

Toda campaña electoral tiene algo de solsticio o de equinoccio

Jesús nieto jurado

Lunes, 19 de noviembre 2018, 00:58

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La lealtad a España está y se le espera. Forma parte de las costuras últimas de nuestra identidad. Las elecciones del 2 de diciembre son ese trámite que ahora -en la hora de Susana y de Casado- se nos ha vuelto histórico. Se ve a Juanma Moreno con un chaquetón con su nombre, y a Arrimadas en ese Balneario de nuestros primeros amores y de las mejores prosas de Ignacio Lillo analizando las mareas.

Toda campaña electoral tiene algo de solsticio o de equinoccio, de banderas de plástico y besos demagógicos que huelen a carmín o a Brummel macho. Parece que son los caucus y era un polideportivo de la zona de Trebujena.

Y también sabemos que Pedro Sánchez se paseará poco por el sur, no sea que un militante de toda la vida le critique sus veleidades nacionalistas y sus pactos con Torra. De él sabemos que saca el avión para moverse en este país de distancias íntimas, y uno está ya mayor como para contradecir a este pertinaz doctor.

Andalucía vota en diciembre, dos días antes del aniversario no redondo de la muerte de Caparrós, y sabemos que toda España mira a Andalucía como ya editorializamos en estas páginas. Hay, como siempre, detalles mayores y menores. Teresa Rodríguez de cinco meses, y los conjuntos cromáticos de Díaz que llevan el blanco y el verde en las fotos pintureras del principio de la campaña electoral. O el esguince de Albert Rivera, que es un dato que no sé aún interpretar con la suficiente profundidad demoscópica. O el fondo de los aplaudidores, que siempre mueven a una profunda ternura por cuanto los conocemos bien.

Evidentemente que Andalucía tiene sus chóferes, sus boquetes en la A-92; que Andalucía tiene su mecánica como el mar sus olas como creo que diría el poema de Gimferrer. Sin embargo, está bien que seamos otra vez punta de lanza de lo nacional. Que los partidos políticos se vuelquen en la autonomía más importante es una buena señal de que al final España no está sola y tampoco somos tan distintos de un señor de Águilas, Alcorcón y Don Benito. La realidad nacional andaluza es la realidad nacional a secas, sí, y así están las cosas.

La campaña empezó, y el pistoletazo de salida -expresión trillada- se dio en Málaga, y está bien que desde Madrid sepan que de la M-30 hacia abajo aquí somos el pulmón económico que mueve. El caballo perdedor de Arenas ha sido borrado del tablero y ahora vemos a Abascal/Morante de garrochistas en una postal que es para Rufián un collage o una pintura historicista. Se habla de España y Rufián, ay, no lo sabe.

Cuando Andalucía vota hay algo de domingo feliz en el ambiente. Aquí en el mercado de Pedregalejo tomamos unas gambas en lo que hace algunos comicios fue un colegio electoral. El respetable sabe que nunca votó a Sánchez y eso, verdaderamente, también escama en esta orilla sureña y mediterránea. Aunque con el pasteleo del CGPJ -Consejo General del Poder Judicial- muchos sabios del mercado lloran ya en mi hombro y en mi buhardilla.

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