Confusión de confu(pen)siones
Los productos financieros se prestan a muchos equívocos, por lo que la educación financiera es una herramienta imprescindible
JOSÉ M. DOMÍNGUEZ MARTÍNEZ. CATEDRÁTICO DE HACIENDA PÚBLICA DE LA UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
Lunes, 13 de octubre 2025, 02:00
En 1688, José de la Vega, comerciante y pensador nacido en España, afincado en los Países Bajos, escribió el que es considerado el primer tratado ... del mercado bursátil y una obra pionera en la teoría de las finanzas, ¡Confusión de confusiones: diálogos curiosos entre un filósofo agudo, un mercader discreto y un accionista erudito'. En esta obra nos encontramos, en efecto, con muchas confusiones, ancladas en una prosa alambicada. En verdad, hay que esmerarse bastante para tratar de extraer su verdadero significado. Dificultad patente para desentrañar el sentido de las estrategias y operaciones bursátiles descritas, en pugna con la admiración que causa constatar cómo semejante sofisticación existía ya en las postrimerías del siglo XVII.
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Dentro del juego rocambolesco al que nos invita el sagaz De la Vega, encontramos algunos principios provistos de una claridad meridiana, que, por muy conocidos y asentados, nunca conviene soslayar: «Las dificultades y los sucesos horrorosos en el negocio de la Bolsa nos han enseñado algunos preceptos».
Los productos financieros, especialmente los más sofisticados, se prestan, ciertamente, a muchos equívocos, por lo que la educación financiera es una herramienta imprescindible para moverse de manera consciente por un terreno bastante resbaladizo. También lo es para hacerse una idea cabal del sistema de pensiones públicas, un sistema caracterizado por elementos complejos que, si nos atenemos a los resultados de estudios y encuestas, también dan lugar a algunas confusiones.
Según Funcas, sólo la mitad de las personas encuestadas sabe que las pensiones se pagan, básicamente, con las cotizaciones sociales actuales
Así se desprende de la 'Encuesta Funcas 2025 sobre Pensiones y Educación Financiera'. Dada la trascendencia del referido sistema para las familias, y también para las finanzas públicas, resulta interesante efectuar un repaso de los principales aspectos implicados:
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1. Financiación de las pensiones: Según el referido sondeo, sólo la mitad de las personas encuestadas (entre 18 y 75 años) sabe que las pensiones se pagan, básicamente, con las cotizaciones sociales actuales de quienes están en el mercado de trabajo.
2. Importe relativo de las pensiones: Se constata una subestimación, por cuanto dos de cada tres encuestados creen que la pensión media es inferior al salario mínimo interprofesional (16.576 euros anuales en 2025), cuando, en realidad, lo supera en algo más de un 25%.
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3. Rentabilidad del sistema de pensiones: Según distintos estudios, el sistema contributivo de pensiones de la Seguridad Social, contrariamente a algunas percepciones, ofrece, en promedio, prestaciones que exceden de la cuantía de lo aportado.
4. Naturaleza del sistema: La población se encuentra dividida, a partes iguales, entre quienes abogan por un sistema contributivo (en el que el importe de las prestaciones esté directamente relacionado con el montante de las contribuciones efectuadas) y quienes se decantan por el modelo redistributivo (que dé lugar a la percepción de pensiones para poder vivir sin aprietos, con independencia de lo que se haya cotizado).
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5. Inquietudes sobre el futuro: A un 60% de los encuestados le preocupa mucho o bastante la capacidad del sistema de pensiones para atender sus compromisos, y tiene la creencia de que las pensiones podrían reducirse en los próximos años.
6. Papel de los inmigrantes: La mitad de las personas encuestadas considera a los inmigrantes como colectivo clave para sostener el sistema de pensiones, mientras que la otra mitad no lo cree así.
7. Edad de jubilación: Se aprecia un rechazo generalizado a retrasar la edad de jubilación, progresivamente, hasta los 70 años.
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8. Trabajo y pensión: Tres de cada diez personas se declaran dispuestas a volver a trabajar compatibilizando la pensión y un salario.
En suma, según la Dirección de Asuntos Sociales de Funcas (centro de análisis integrante de la Obra Social de CECA, dedicado a la investigación económica y social y a su divulgación), la referida encuesta «ofrece la imagen de una sociedad en la que abundan personas preocupadas por la suficiencia de sus futuras pensiones, pero en la que escasea el conocimiento de cómo funciona y cuánto rinde el sistema que las genera y asigna».
Decía De la Vega que «los beneficios de la Bolsa son los tesoros de los duendes. En un momento dado pueden ser carbuncos, luego, carbones, luego diamantes, luego guijas, luego lágrimas de las auroras, luego lágrimas». Y recomendaba no aconsejar a nadie que comprara o vendiera acciones, «porque donde la perspicacia está debilitada, mal puede lucir airoso el consejo». Respecto al sistema de pensiones, esto último no será así si la recomendación se limita, de entrada, simplemente a profundizar en el conocimiento de sus claves. Es normal que haya alguna confusión, pero no una confusión de confusiones, sobre todo si conciernen a un pilar tan importante del bienestar social como el sistema de pensiones.
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