Cónclave

Tuve ocasión de ver la película 'Cónclave', un extraordinario filme donde los cardenales electores, envueltos en una compleja trama, tienen de todo, menos fe. Sinceramente, no es el caso del colegio cardenalicio que elegirá al próximo papa.

El cónclave más corto de la historia fue en 1503 y duró diez horas, salió elegido Julio II. El más largo duró más de dos años, concretamente dos años y nueve meses, y salió elegido Gregorio X. Desconocemos cuánto durará el próximo cónclave para elegir al tercer papa elegido en el siglo XXI, pero lo que sí sé es que hay expectación. Una expectación, marcada por expectativas, valga la redundancia, no siempre evangélicas propiciada bien por la agenda de los medios, bien por intereses más o menos velados que distan del evangelio y a su vez vienen marcados por agendas ideológicas.

Conviene recordar que las congregaciones generales, las reuniones que preceden al cónclave, están ayudando a definir el perfil del nuevo papa; ya ocurrió con Francisco que, con frecuencia, solía recordar que lo que hacía es lo que le había pedido el colegio cardenalicio. Puestas así las cosas y sabiendo, desde la fe, que el papa nuevo ya ha sido elegido y que los cardenales, a la luz de la oración, solo tienen que descubrir quién ha sido el designado por Dios para tal ministerio, es posible que para esta semana pueda haber fumata blanca y estrenemos papa.