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ROSA BELMONTE
Jueves, 11 de enero 2018, 07:33
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Supongo que Tosca es kosher para las prescripciones rituales de la corrección. Al fin y al cabo, mata a Scarpia. Aunque luego Cavaradossi y ella mueran. El duque de Mantua es un violador, así que 'Rigoletto' tendrá los días contados en estos tiempos en que Carmen mata a don José (en la versión de Muscato en el Maggio Musicale de Florencia). Casi a la vez, Catherine Deneuve, Catherine Millet y otras han criticado el puritanismo en la lucha contra las agresiones sexuales. Una cosa son las violaciones y el acoso sexual. Pero muy diferente es la «libertad de molestar» indispensable para otra libertad, la sexual. Una de las Catalinas fue 'Belle de Jour', puta por afición y para satisfacer fantasías sexuales. De la otra Catalina ni hablo. En 1971, Simone de Beauvoir hizo el 'Manifiesto de las 343' (Deneuve y otras 342 confesaban haber abortado). Las llamaban las 343 sinvergüenzas. Tan sinvergüenzas como las de ahora para parte del feminismo.
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