Calle Córdoba, esquina Broadway

VOLTAJE ·

'Company' trae a Málaga un trozo de Nueva York con toda la dignidad del mundo

Martes, 8 de febrero 2022, 07:57

Que se diga que Antonio Banderas ha traído un trozo de Nueva York a Málaga no es una estrategia de marketing ni una exageración periodística, ... sino algo que puede comprobarse mediante la experiencia. Salí del Teatro Soho CaixaBank con toda la intención de pedir un taxi para que me escupiera en una discoteca en la Quinta Avenida, que alguna habrá, cuando en realidad volvía a casa después de ver 'Company', y era tarde. No porque el musical sobrepase las tres horas, con su descanso, es que lleva en cartel desde noviembre. De miércoles a domingo y hasta marzo, podemos ver en Málaga la adaptación de este clásico de Stephen Sondheim en unas condiciones de producción espectaculares. Yo estaba sentado tan cerca que llegué a pensar que la trama era autoficción: el cincuenta cumpleaños de Antonio Banderas, soltero empedernido. Que estará emparejado y tendrá algunos años más, pero ya nos gustaría a muchos estar en sus condiciones físicas no a los 61, sino mañana mismo.

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Era domingo y el teatro estaba lleno. El público alucinó. Entre ellos, varias filas de estudiantes de interpretación, encantados y demostrando por cierto más silencio que otras personas ancladas en la madurez de unos asientos más adelante. Todos en cualquier caso celebramos esta adaptación del clásico de Sondheim que en el aspecto musical está firmada por Arturo Díez Boscovich, y de la que se tendría que grabar un disco. En 'Company' el baile está limitado pero el aspecto vocal y el interpretativo son impecables. Banderas canta cada vez mejor; su última intervención es extraordinaria. Me acordaba al final de aquella canción que grabó con Ana Belén. Se aprende a cantar y a vocalizar con disciplina y con ensayo. Durante toda la función, Banderas apenas desaparece del escenario, ni él ni un elenco de primer nivel formado por más de una docena de actores, todos avezados en el musical. El vestuario, las proyecciones, la ambientación y hasta el suelo que gira resultan sublimes, y lo dice alguien que no es de los que van a Madrid 'de musicales', sino más bien acostumbrado a escenarios de cartón piedra y decorados que caben en un maletero, por exigencias del libreto o por la precariedad del teatro. Para rentabilizar un espectáculo como 'Company', tiene que ser visto por miles de personas, como ocurre en lugares con tradición donde las compañías compran los teatros tal y como ha hecho Banderas aquí, rehabilitando uno que llevaba años derrumbándose y que podía haberse convertido en una bolera o en otro hotel. Sin recibir dinero público, lo cual no es bueno ni malo en sí mismo, pero sí una proeza en un territorio donde buena parte de la cultura depende de la voluntad política, con todo lo que esto conlleva. Se me ha ido el hilo con lo municipal. Quería decir que este Teatro del Soho ha traído a Málaga un trozo de Broadway con toda la dignidad del mundo.

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