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Besos

A cada uno lo suyo ·

Este disparatado brochazo da gasolina al delirio de los machistas y oculta la verdadera lucha del feminismo

PEDRO MORENO BRENES

Domingo, 7 de octubre 2018, 10:26

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Ha ocurrido en mi ciudad, Málaga. Un paisano, Ángel Idígoras, dibujante y humorista, en el ejercicio de ese don que tienen los de su gremio, se pone a lo suyo, a crear arte sacando belleza de los lugares más insospechados. Elige un poeta, Vicente Aleixandre, combinando el inicio de su poema 'Los besos dados' («La memoria de un hombre está en sus besos») con un mural que dibuja la fotografía de culto de Robert Doisneau, 'El beso'. Con esta mezcla, una pared de la barriada de Lagunillas se sacude su anonimato y se convierte durante unos días en un lugar para disfrutar de un magnífico mural e incluso gozar de un beso en legítima imitación por las parejas de esa muestra de pasión amorosa en el París que quería salir del terror después de la guerra. Aparece 'La esquina de los besos', sitio que los años y el cariño podría haber convertido en un lugar de visita y encuentro de nativos y foráneos con el aliciente de ese beso que siempre le viene bien al cuerpo cuando hay amor, cariño o simplemente consentimiento. Pero no pudo ser, el artista, tras un ataque integrista, ha decidido en el legítimo ejercicio de su derecho de autor, taparlo todo.

Una persona, reflejando la cobardía del anonimato, pintorrea el mural con la frase 'Y la memoria de las mujeres ¿dónde está?'. Para rematar la faena, insulta al artista al calificándolo de 'machirulo'. Desde el sectarismo más extremo, este/a mamarracho/a censura un texto escrito por Vicente Aleixandre, de la Generación del 27, hijo adoptivo de Málaga, miembro de la Real Academia Española, homosexual y un valiente que en 1963 pone su nombre en un escrito dirigido a Fraga Iribarne, ministro de Franco, pidiendo que se investigaran casos de torturas a los mineros asturianos en la huelga de 1962. Habría que ver si el censor de la brocha sería capaz de jugarse el cuello en esos años de plomo para las libertades. Es más cómodo ejercer de integrista a tiempo completo: no necesita escuchar, lo sabe todo, su universo del saber es cortito, cuatro frases bien aprendidas lo convierten en un consumado especialista del monólogo que no admite preguntas, ni las suyas propias.

La lengua hay que situarla en su contexto histórico y cultural, no es agresiva ni machista, no denigra ni somete a sufrimiento a las personas; es el uso que hacemos los humanos de la lengua lo que puede ser dañino para los semejantes. Este disparatado brochazo ha dado al traste con la 'La esquina de los besos', le da gasolina al delirio de los machistas y oculta la verdadera lucha del feminismo: la igualdad plena del hombre y la mujer, la erradicación de la violencia de género, la reducción de la brecha salarial y el apoyo sin fisuras a las mujeres que en el mundo sufren el rostro más miserable del machismo. Solo en la igualdad y en el respeto surge el verdadero amor, por lo que siguiendo con Aleixandre: «Yo sé quien ama y vive, quien muere y gira y vuela... Sé que dos cuerpos aman, dos almas se confunden».

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