Avenida Doctor Marañón, 48
Con el cierre del histórico Edificio SUR también queda atrás una parte muy importante de la historia de Málaga -Don Adrián ya está en la plaza de Félix Sáenz
Estos Horizontes Cercanos vivieron durante más de 40 años en esta dirección: Avenida Doctor Marañón, 48, la sede de SUR, pero también ... la casa de todos, porque por allí ha pasado todo el mundo y más de Málaga y Andalucía. Hoy, ver cerrado ese edificio, el mismo que según expertos arquitectónicamente no vale gran cosa (no lo sé...), nos da a muchos una gran sensación de pena porque en cierta manera se ha dado un portazo a lo que se puede denominar 'toda una vida'. A estos Horizontes le pilló de refilón la inauguración del edificio que en un principio y durante muchos años albergó a este periódico y a La Tarde, pero también a la Hoja del Lunes de Málaga, publicación de la Asociación de la Prensa. La llegada a Doctor Marañón fue una fiesta para un barrio que tenía su frontera en el Paseo de Martiricos, donde La Rosaleda tenía su precioso aspecto exterior perdido en el tiempo tras sucesivas remodelaciones, no existían La Roca, ni el centro comercial Rosaleda, ni tampoco las calles Luis Buñuel, Simón Bolívar y Mark Twain, entre otras. Para acceder a La Palma-Palmilla había que transitar por una estrecha existente entre la Escuela de Formación Profesional Francisco Franco, mucho más grande que hoy en día, y la tribuna del estadio de fútbol, apenas sin aceras. Era todo distinto, donde apenas poco antes se había inaugurado un raquítico entonces puente de La Rosaleda... Era otra Málaga en otros tiempos. Allí, con la vieja Goss (rotativa monumental) el edificio de SUR galvanizó al barrio, le dio una vida propia inusitada y comenzaron a crecer establecimientos de todo tipo y edificaciones. Fue un revulsivo que, además, aportaba una gran seguridad porque allí, como en todos los periódicos del mundo, se trabajaba las 24 horas de cada día, con un movimiento inusitado en la madrugada con idas y venidas de furgonetas para cargar los ejemplares y repartirlos. Fue una maravillosa conjunción barrio/periódico. Martiricos, con el Edificio SUR y Citesa (luego Alcatel), el Instituto y Bomberos era una verdadera potencia y la vida del mismo tenía gran fuerza. Los años no perdonan, y si Citesa siendo Alcatel cerró en 1993, la antigua sede de SUR lo ha hecho ahora, hace unos días, el 1 de diciembre de 2025. Ha sido una larga y fructífera vida de un edificio que fue comprado por los trabajadores apenas dos años después de adquirir la cabecera del periódico, porque Medios de Comunicación del Estado subastó lo que era la marca, pero el edificio siguió siendo propiedad estatal, lo que era una absoluta barbaridad. Aún casi sin reponerse de los préstamos suscritos por los 88 empleados que se avalaron unos a otros para conseguir el dinero necesario para la compra, y con la inestimable suma de miles de malagueños que se sumaron a la proeza de que el periódico no desapareciera (como ocurrió con gran cantidad de cabeceras de MCSE, sucesor de la Prensa del Movimiento), el edificio también se compró. Ya en esa época, Don Adrián había vuelto desde la Alameda de Colón. Once de los 88 protagonistas de la operación, tras cerrar otro préstamos en el desaparecido Banco Exterior de España, invocaron al espíritu que habitó en el viejo edificio del periódico del centro de Málaga para que se metiera en una botella vacía de cava Segura Viudas, todos a su alrededor, en la acera de la Alameda de Colón... No se lo creerán, pero la botella se tambaleó y aprovechamos para taparla y trasladarla a las dependencias de Martiricos, donde estuvo primero en el despacho de Juan Soto, posteriormente, tras su jubilación, en el de estos Horizontes, y finalmente en el de Antonio González, actual director general. Manolo Castillo, Recio y compañía lo han trasladado a la plaza de Félix Sáenz. No saben los vecinos de la histórica zona lo felices y lo bien protegidos que van a estar por el duende más benefactor de la historia de las leyendas, el mismo que se aparecía a los que trabajaban en las rotativas de la alameda, tiraba los papeles, robaba los lápices, descolgaba los teléfonos y que cuando se quedó en el número 2 de Alameda de Colón al irse SUR se cabreó tanto hasta que fue 'recuperado' que a más de uno de los trabajadores de los bancos que hubo allí se les apareció con ciertos malos modos... Cuando ocurría una desgracia, cuando venían tiempos económicos regulares o cuando se barajaba que los datos previstos tenían difícil alcance, los que allí trabajábamos, hombres y mujeres talluditos todos, lo sacábamos en procesión por las dependencias. El edificio inicial se amplió cuando Prensa Malagueña fue un holding con TV (Canal Málaga) y radio (Punto Radio), y al edificio anexo se le instaló una cadena de producción y cierre que en su momento fue la más moderna de España. Más tarde, zona de almacenaje para las grandes bobinas, y zona de aparcamiento para los trabajadores. La aventura de aquellos 88 empleados llegaba a su punto más álgido, con tiradas y beneficios empresariales de gran categoría. SUR era, y es, el gran líder de la prensa malagueña, uno de los grandes periódicos de Andalucía y de España. Y estaba en la avenida Doctor Marañón, 48. Allí, entre aquella paredes, cientos de personas han dejado gran parte de sus vidas, porque en los periódicos de épocas pasadas no había horario de ningún tipo. Sabías cuando entrabas, pero nunca cuando saldrías... Allí hemos reído, hemos cantado, hemos sufrido y hemos llorado... Porque no podremos olvidar un maldito día cuando sobre las tres de la tarde, un infarto rompió el gran corazón de Manuel Becerra cuando estaba escribiendo en su mesa de trabajo, o cuando nos llegaron las noticias, terribles, de las muertes de Fran Ruano (querido amigo del alma, cómo te echan de menos los Horizontes que tú diseñaste), Baldo, Frías, Marín y Fefe (nuestro Fefillo), por citar los más recientes, sin olvidarnos de personas que lo dieron todo por aquel lugar: Salas, Moret, Sánchez, Lancha, Estades, Ortega, Álvarez, Salés, Esteban, Prieto, Cañete, y antes Cagigas, Serralvo, Botella, Souvirón, Texeira, Rosado, Cortés y tantos y tantos otros. Que nadie se enfade, porque sus nombres, los de todos los que pasaron por aquella casa están grabados en letras de plomo (como antaño se hacían los periódicos) en sus paredes. Y cómo hablamos de los que ya no están, mención especial a los que aún siguen dando guerra, con Juan Soto como capitán general con mando en plaza (siempre), Higueras, Castrillo, Canivell, Castillo (padre, el gran veterano ya cercanos los 90) y estos Horizontes, que quizás en aquel tiempo entraron en la casa siendo los más jóvenes en el 131 de Bori padre, y hoy ya lo sigue siendo pero de entre los más viejos... Ver Doctor Marañón 48 cerrado y sin vida nos quita a muchos un poco de la nuestra, que, sin embargo, vemos felices la ilusión de los que sucedieron a todos los nombrados y muchos más, y que hoy están en la nueva casa de SUR, en el edificio de Félix Sáenz, dotado de todos los adelantos de estos nuevos tiempos, donde ni hay máquinas de escribir, ni linotipias, ni rotativas, ni plomo, ni furgonetas, ni enormes rollos de papel para imprimir... hoy están la 'nube' y las nuevas tecnologías, sistemas impensables cuando nadie podía pensar que una página se editaría desde una pantalla o cuando ni por asomo se pensaba que Gutenberg iba a quedar en el olvido en apenas unos pocos años después de gobernar el mundo de la impresión durante seis siglos. Los tiempos cambian, y más ahora, con la Inteligencia Artificial y demás cachivaches, pero SUR sigue entre sus manos, al pie del cañón, defendiendo a Málaga y a los malagueños con una pléyade de grandes profesionales, sucesores de otros no menos grandes, encabezados por su director, Manolo Castillo.
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Doctor Marañón 48 ya es historia. No de SUR, sino de Málaga. Antes allí se alimentaban espíritus y almas, ahora, dicen, salvará vidas. Pero Don Adrián está en la plaza de Félix Sáenz, lo siento. Un saludo, pero sepan que estos Horizontes también lloraron el pasado día 1...
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