La Argentina en Málaga
Algunos están horrorizados por los modos de Milei, por los insultos, por la motosierra que saca para hablar del recorte del gasto público
ArgArgentina en Málaga es el Prácticas Número 1, ese maravilloso colegio que deberíamos conocer todos, en la plaza de la Constitución, por el que pasó ... el general San Martín, el libertador, en años cruciales de su formación. Hasta allí iba andando desde la calle Pozos Dulces, en un enclave necesitado de una placa de Málaga Hace Historia. También es la iglesia de Santiago, donde estuvieron enterrados sus padres hasta que Franco le dijo a Evita Perón que no se preocupara, que los mandarían con su hijo a Argentina y allí están, en el templete de Yapeyú, donde José San Martín nació y vivió sus años previos a Málaga. Argentina en Málaga también es Antonio Banderas en su faceta más musical cantando con Madonna en aquella película, 'Evita', con una banda sonora que yo llevaba en el coche, como mis padres ponían en una cinta aquella otra en la que era Paloma San Basilio la que ponía la voz en 'No llores por mí, Argentina'.
Y son todas las tiendas de empanadas que han surgido en los últimos años. Es Romina, una de las empresarias más activas del centro, con varios restaurantes y uno, El Descorche, en el que sólo sirve vino de Málaga y donde ponen las alcachofas más deliciosas que haya tomado nunca. Romi, tan enamorada de Málaga que ha abierto en Copenhague otro restaurante con nuestros platos. Para mí, Argentina en Málaga es René Favaloro, el padre de los bypasses coronarios, en el Parador de Gibralfaro con mi padre, apenas unos meses antes de que se pegara un tiro en el corazón, harto de las deudas de su Gobierno, noticia que leí en portada de un periódico de EEUU, en un avión. O Marcelo Gullo en el rectorado del Parque, invitado por Elvira Roca, poniendo en pie al público aplaudiendo los lazos comunes con España.
Ojalá que después de años que serán muy complicados muchos puedan volver a reencontrarse con una vida mejor
También es ese chaval de 17 años que no ha podido seguir estudiando por problemas con la convalidación cuando llegó hace un año y que ahora curra en un restaurante. Que se ha hecho con un patinete para poder llegar a los entrenamientos de baloncesto a Los Guindos. Que sale de trabajar y se cambia rápido y no falta, aunque llegue tarde, como el otro día, cuando una puerta de coche abierta de súbito en un mal sitio le tiró al suelo. O ese otro, un poco mayor, que estudia en Industriales en Teatinos. Con unos padres arquitectos que han abierto una heladería. Como esos otros que tienen otra heladería en Torremolinos, donde innovan con el de mascarpone y pera, el de higos o uno que llaman 'de la abuela' que encanta a mi madre, la abuela. Argentinos son también los dueños de esa otra cafetería tan bonita en la que venden café a granel y galletas en la calle Victoria. O los dueños del Santa Coffee, con cuatro ya, que aroman a café tostado Tomás Heredia y dan trabajo a los jóvenes de su país que han ido llegando en los últimos años.
Argentina en Málaga es ese taxista más cerca de los 60 que de los 50 que me llevó a casa desde calle Córdoba, a una hora que hace suponer que es empleado y no titular de la licencia. Ese señor al que justo cuando pagaba, sin manifestar mi opinión, le dije que las elecciones en su país estaban emocionantes. «Tiene que ganar Milei», me dijo. «No puede ganar esa gentuza que ha hecho que me tenga que venir, después de vender mi negocio y dejar allá toda mi vida», añadió. Le deseé suerte. Argentino el que me resolvió una duda el otro día en un taller de chapa y pintura en el camino de San Rafael.
Argentino es Carlos Rodríguez Braun, el profesor de economía de modales más exquisitos, que transmite su buen humor en la radio, liberal de los que saben de lo que habla y no de los que cogen la etiqueta en el mercado de la comunicación política. Carlos, que quiere a Málaga porque aquí vivió su amiga Marjorie Grice Hutchinson, seguramente la primera mujer a la que le dirigió una tesis doctoral Hayek, uno de los popes del liberalismo, en la London School of Economics. Marjorie, enterrada en el cementerio inglés, del que escribió un librito delicioso, en el que no podía faltar la historia del irlandés Robert Boyd, que acabó fuslado en una playa de Málaga junto al general Torrijos y sus hombres, todos mártires de la libertad. Por todo ese simbolismo, por Marjorie, por Torrijos y Boyd, por ese lema de nuestra ciudad en ser primera en el peligro de la libertad, los jóvenes del instituto Juan de Mariana, el único 'think tank' liberal de España, conocen bien Málaga. Y, por eso también, porque creen en la libertad como causa universal, son los que mejor, y de los escasos, que conocen a Javier Milei en España. Por eso, esta semana ha tenido cierta repercusión la charla divulgada por el Juan de Mariana en la que el profesor Jesús Huerta de Soto habla en clase sobre el único de sus seguidores que ha llegado a presidente por sorpresa: Javier Milei.
Dice Huerta de Soto que un país solo se puede atrever a un programa como el propuesto por Milei desde la más dura desesperación. En Málaga, como en otras ciudades españolas, sabemos de la desesperación de argentinos que, recientemente, antes de votar, tuvieron que ver un vídeo de un alto cargo de la provincia de Buenos Aires derrochando dinero en lujo hortera en Marbella, mientras ellos servían con sonrisas bolas de helado.
Algunos están horrorizados por los modos de Milei, por los insultos, por la motosierra que saca para hablar del recorte del gasto público. Dice Huerta de Soto que todo eso es una especie de performance que era necesaria para ser conocido y subir como la espuma, pero que los fundamentos sólidos de economía los tiene. Argentina, menudo circo, menudo show, cantaba Banderas en inglés en la banda sonora de 'Evita'. El espectáculo, ahora, se va a dar en nombre de una libertad económica que apenas se ha puesto en práctica. Los subsidios y el intervencionismo no eran ya alternativa. En Málaga lo sabemos, porque conocemos a todos esos argentinos, y nos hemos beneficiado de su talento para buscarse la vida. Ojalá que después de años que serán sin duda muy complicados muchos puedan volver a reencontrase con una vida mejor en la Argentina.
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