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El pin anti-Tezanos

El pin parental es justo y necesario, pero no en Murcia, ni en Andalucía, sino en Cataluña y País Vasco

CRISTÓBAL VILLALOBOS

Miércoles, 22 de enero 2020, 00:26

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Ha dicho el consejero Imbroda que con lo del pin parental hay que aplicar el sentido común, que es el sentido que menos se usa en estos tiempos políticos de extremos y vísceras. Ni los niños son del Estado, ni de sus puñeteros padres, pero la cosa es desviar la atención de las decisiones del nuevo gobierno. «Un pin de humo», he leído por ahí estos días.

Victoria Rosell, delegada del Gobierno para la Violencia de Género, ha dicho, dice que «en broma», que habría que aplicarle el 155 a los murcianos por querer imponer el dichoso pin, cosa que nadie negará que sería bastante gracioso. Los de Vox vendieron su apoyo al PP en Murcia y en Andalucía a cambio de una serie de pequeñas contraprestaciones ideológicas, sin más trascendencia que la polvareda que levantan en la izquierda. El pin es una de ellas, como la estupidez de la caza en las clases andaluzas.

El pin parental es justo y necesario, pero no en Murcia, ni en Andalucía, por muchas tonterías que tengamos a veces los profesores la obligación de explicar, sino en Cataluña y el País Vasco, donde el adoctrinamiento en las aulas es más que patente. En España hay zonas donde ni siquiera se puede estudiar en español y los padres que han reclamado ese derecho han sido abandonados a su suerte. El pin, en esos casos, lo debería aplicar el mismo Gobierno, pero es más fácil amenazar a Murcia que hacer cumplir la ley en Cataluña.

Queda feo lo del pin, pero algo tendrán que darle a los de Vox. Si al PP le incomoda esa necesidad, peor les viene el tema a los restos del naufragio de Ciudadanos, que niegan la mayor. El último barómetro andaluz muestra a un Vox ascendente que gana fuerza en nuestra tierra, por lo que Moreno tendrá que aprender a tenerlos contentos sin ser arrastrado hacia el abismo del populismo. Para contrarrestar, a Juanma, con su cara de presidente, se le ha visto por Portugal actuando de primer ministro, dando lecciones de moderación y haciendo amigos socialistas. Portugueses, claro.

La encuesta, tan creíble como el resto, dibuja un Podemos cada vez más intrascendente y un PSOE que no se recupera, coincidiendo, ya lo hemos escrito en esta sección, con los movimientos en el socialismo andaluz. Los sanchistas creen que ha llegado por fin el momento de finiquitar el susanismo, y a Montero y a Espadas se unen otros nombres para ir poniendo nerviosa a la ex presidenta. Ayer, las primeras dimisiones.

Para este viaje no hacían falta alforjas, ni encuestas. Si las comunidades autónomas replican el modelo del Estado en pequeñito, o a veces a lo grande, la Andalucía socialista replicó un CIS flamenco que es tan fiable, y tan inútil, como el original. Yo quiero que me pongan un pin anti-Tezanos, y que el tanto por ciento de mis impuestos que se gasta en encuestas absurdas sirva para abrir escuelas donde, independientemente de la geografía, se formen ciudadanos libres.

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