
ÁNGEL IDÍGORAS Y EL MAJARETISMO DE GÉNERO
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Esta semana que termina se ha vivido uno de los episodios más tristes que se recuerdan en Málaga. Es simplemente lamentable que un artista de la talla de Ángel Idígoras haya tenido que borrar un dibujo que hizo en Lagunillas de manera totalmente altruista porque se le tildó de machista un poema de Vicente Aleixandre que reprodujo en su obra. «La memoria del hombre está en sus besos». Este fue su alegato o pecado 'machista', o machirulo como le tildaron, que fue inmediatamente reprobado por no incluir la memoria de las mujeres en su leyenda. Idígoras ha tirado por la calle de en medio y ha decidido dejar la pared en blanco, como la mente de la majara, porque sólo ha podido hacer esto una persona majara, que le destrozó su trabajo. Hay quien puede pensar que el dibujante, que hace una crítica diaria en SUR de la actualidad informativa, ha aguantado muy poco, porque apenas han sido un par de personas las que le han afeado que pusiera ese verso. Pero nadie tiene que aguantar más de lo debido, sobre todo, no ya por los que se manifestaron en contra, sino por lo que atisbó que se le podría venir encima. Y eso es lo que de verdad importa. Cómo estamos en una sociedad donde el feminismo mal entendido y dictatorial es capaz de arrollar a cualquiera, por mucho que sea una persona como Ángel Idígoras, que ha mostrado públicamente su militancia por la igualdad de derechos entre los hombres y las mujeres. Por sus dibujos en estas páginas lo reconoceréis. Hay quien piensa que la reacción a este verso es fruto de la incultura, porque pertenece nada menos que a un escritor como Vicente Aleixandre. Desde mi humilde punto de vista, es irrelevante que el autor sea un Premio Nobel o un poeta novato y desconocido. Y ahí radica la verdadera cuestión de este asunto. ¿Acaso no se puede dedicar o resaltar ahora un verso en el que el hombre es el protagonista? Imagínense por un momento que en vez de 'La memoria del hombre está en sus besos' se hubiera incluido 'La memoria de la mujer está en sus besos'. ¿Cree que hubiera habido alguna majara, persona majara, que hubiera irrumpido en la obra cuestionando dónde estaba la memoria de los hombres? ¿Acaso no hay poemas dedicados exclusivamente a mujeres u obras literarias enteras protagonizadas básicamente por ellas? Magníficas, por cierto. Han quedado para la historia de la Literatura personajes como Electra, Medea, Anna Kareninna o las españolas Fortunata o Jacinta o La Celestina. Aunque para algunas, personas, habría que destruir por ejemplo 'Veinte poemas de amor y una canción de amor desesperada' de Pablo Neruda, porque con los nuevos cánones considerarían que se idealiza a una mujer cosificada. Hay que ir a la raíz del problema. A ver si ahora cada vez que se hace un poema hay que decir eso de mujeres y hombres y viceversa, niñas y niños... ¡Respetemos la libertad creativa de cada uno! Tal y como se están poniendo las cosas, se llegará a eso. Ya estamos acostumbrados a que se haga un mal uso del español con el llamado lenguaje inclusivo. Chirría oír a Pablo Iglesias, por ejemplo, cuando dice 'Nosotras en Podemos...' Pero bueno, allá cada cual, aunque no parece que la igualdad de derechos entre hombres y mujeres se consiga dando patadas a las reglas de la Real Academia Española o si el contenido de un poema es políticamente correcto. Es cierto que no todo lo que se dibuja o se escribe tiene que gustar de manera unánime a todo el mundo. Faltaría más. Hay que aceptar las críticas, aunque el tamaño de la piel para soportar la intensidad de las mismas depende de cada persona. Hay que respetar la decisión de Idígoras (al que desde estas líneas le envío mi respeto, admiración y solidaridad) de no querer ser el centro de una polémica ridícula. Lo que es inadmisible es que se destroce el trabajo de los creadores, como se ha hecho en ese caso particular. Si se quería afear el trabajo de Idígoras estaban las redes sociales, pegatinas, cartas al director, mesas redondas, charlas en bares...o si se quiere otras paredes que están en blanco en el barrio de Lagunillas. Pero el trabajo y la obra de los demás hay que respetarlo siempre, por muy masculino, machista o machirulo que parezca. Ya está bien de aguantar el majaretismo con perspectiva de género. Un beso muy fuerte, Ángel.
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