Alcalde uno y trinitario
Los terrenos anejos al Civil son terrenos ajenos al Ayuntamiento, pero eso no impide jugar al monopoly
La pólvora ajena en forma de suelo es un bien abundante y basta apenas una parcela de poder para el enredo de trueques y permutas ... a cuenta de esta o aquella finca urbana, propia o ajena. Correos, Palacio de la Tinta, San Agustín, convento de la Trinidad...A veces el juego catastral resulta tan absurdo como el que plantea el alcalde para que la Junta le ceda el convento al municipio si la Diputación hace lo propio y facilita a la Junta los terrenos del parking del Civil para el futuro tercer hospital No lo habrán entendido bien, como cualquiera que busque en esta operación otra cosa que no sea un manejo trilero con marcha atrás a escasos días de que la Junta anuncie el enésimo proyecto para este espacio medieval saqueado. La altura de miras se queda a la del tapete verde de un extraño casino donde está en juego un hospital con Bendodo invitado a poner cara de jugador novato mientras el alcalde amaga como ese tahúr que remonta el Guadalmedina con la carta marcada de las compensaciones en la mano. El tranvía/metro/metrobus al Civil/tercer hospital están en la agenda como partidas pendientes, y el regidor tiene querencia a la zona para enredar incluso a dos bandas, con la Junta y el Ayuntamiento, aunque haya compañero de partido por medio -o quizás por ello-y lo que esté en juego sea un hospital urgente. Los terrenos anejos al Civil son terrenos ajenos al Ayuntamiento, pero eso no impide jugar al monopoly aunque la marcha atrás llegue a las 24 horas con excusas de falso intruso en casa extraña. Es patrimonio público el deseo del alcalde de meter baza y ya lo hizo cuando quería llevar el museo arqueológico a esa joya arrasada por la que pasaron los trinitarios fundadores, desamortizaciones y una larga retahila de consejeros -tres malagueños- como voceros de tantos proyectos encallados en el arrabal del presupuesto, todo un enfermo crónico en diálisis permanente de tanto filtrar ocurrencias. Ahora De la Torre se apunta a ellas y vuelve a la carga días después de que el titular de Cultura anunciara para antes de final de mes un proyecto de contenido cultural y social, «un proyecto con dimensión social». El futuro tercer hospital remueve ahora la vieja herida sin cerrar del convento, a tiro de piedra por cierto del vetusto edificio del Civil, apenas a una pasarela para salvar una calle. A estas alturas los malagueños se han ganado el derecho a dar ideas sobre el convento. Un proyecto como un gran hospital a escasas decenas de metros de esta joya expoliada debiera servir parar la máquina de las ensoñaciones aunque sólo fuera para estudiarlo como la parte noble de un hospìtal de vanguardia. Un antiguo lugar que sirvió para curar heridas uniría así memoria, investigación y ciencia, artesonados y claustro, el espacio antiguo de encuentro con la medicina por venir. Lo peor es que seguimos en las taifas y el monopoly permanente. El alcalde y la Junta cada uno absorto en su tablero. Sin mirar al pasado ni al futuro.
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