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repaso general

La consejera morosa de Hacienda

María Jesús Montero se queja de que le embarguen el edificio de Correos, aunque no explica por qué no ha pagado los ocho millones que debe

Javier Recio

Domingo, 23 de abril 2017, 09:38

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Muchos contribuyentes quisieran ser como María Jesús Montero, la consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, que decide qué deudas paga y en el momento que considere oportuno, que hasta hoy, después de muchos años (hasta veinte), aún no lo ha encontrado. La responsable del Gobierno andaluz ha criticado al Patronato de Recaudación por embargarle el edificio de Correos, de titularidad autonómica, por las deudas que mantiene con 74 pueblos de la provincia. «No son formas», ha dicho tajante. No se sabe muy bien qué piensa sobre el fondo, o sea, por qué su departamento debe casi ocho millones y medio de euros a estos municipios. ¿Qué razón hay para no pagar el IBI? Es como si a usted le embargan un bien porque no ha cumplido con sus obligaciones tributarias, como por ejemplo con el impuesto de sucesiones que tanto defiende esta señora, y se encara con la Administración y le espeta lo mismo. «Oye, no es para ponerse así. No son formas». Seguramente el funcionario de turno se pitorrearía de usted, pues se tomaría el comentario como una broma de mayor o menor gusto. Y seguramente con razón. Si no se paga, hay que prever que puede venir un embargo. Lo que ocurre es que en la Administración están acostumbrados a estar en el lado más cómodo, en el de trabar los bienes ajenos. Cuando le toca a la misma, todo son problemas. Todo son malas formas. ¿Pero del fondo del asunto no se habla? Desde la Junta se ha puesto en duda de que debieran tanto dinero. Estaban en su derecho. Pero en la mayoría de los recursos el argumento ha sido puramente formal. Los datos: hay 8.077 deudas. De esas, se han anulado 1.185, ya que la Junta llevaba razón en que no era titular del bien por el que había que pagar el IBI o porque no se había identificado correctamente el bien sujeto al impuesto. En otros cinco mil casos, lo que se invoca es la prescripción en la acción del cobro (3.404 deudas) o la falta de notificación de la providencia de apremio (1.600 casos). O sea, que en estos cinco mil casos (han leído bien) sabe que tenía que pagar y que no lo ha hecho. Y ha buscado la forma de salvarse. Sólo dijo en 26 casos que ya había pagado o que la deuda se compensaba con otra de la que era acreedora. De esas 26, sólo ha prosperado una. O sea, que no es cierto que el problema sea el de la compensación. Montero afirma como gran defensora de lo público que no puede pagar tan alegremente, porque se trata del dinero de los contribuyentes. Se le olvida decir que los acreedores son los ayuntamientos, que también gestiona el dinero de los ciudadanos. Y ocho millones dan para mucho. Lástima que no se le pueda aplicar el principio que afecta a todos los administrados: solvere et repete. Ella sí puede recurrir sin pagar previamente. Al menos cabe aplaudir a la Diputación, a la que no le ha temblado el pulso para embargar a esta consejería. Morosa. ¿Recuerdan aquello de Hacienda somos todos?

Bomberos

Falta de seguridad en edificios altos

La trágica muerte de un hombre de 50 años en Ciudad Jardín a consecuencia del incendio de su casa ha destapado los problemas de seguridad que hay en la capital y en la mayoría de municipios de la provincia cuando se producen este tipo de sucesos. Y es que los Bomberos no cuentan con escalas para llegar a pisos superiores a diez plantas, aunque en esta ocasión el deceso no se produjo por esta causa. En la capital se da la circunstancia de que hay un coche de esta características que llega hasta los 42 metros. El problema es que está averiado desde el mes de agosto de 2015. Y que no ha sido hasta ahora, cuando se ha denunciado este tema, cuando el alcalde ha asegurado que se va a arreglar de inmediato. A ver si es verdad, porque afecta a miles de personas. En Málaga capital hay 1.158 edificio de más de diez plantas, donde los bomberos no pueden llegar a partir de esos pisos. Este colectivo, que mantiene una fuerte pugna con el Ayuntamiento de Málaga, ha dado la voz de alarma en diversas ocasiones advirtiendo de las carencias que padece. Sus quejas no pueden caer en saco roto. Hay que apoyarlos. Por el bien de todos, incluidos los que viven en los pisos altos de Málaga.

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