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CALLE ANCHA

DE PERROS Y PERRERÍAS

FRANCISCO MOYANO

Martes, 20 de diciembre 2016, 09:20

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CUANDO alguna persona es maltratada o se le somete a un estado de abandono decimos que se le trata como a un perro. Es evidente que el lenguaje jamás es inocente y la asimilación entre seres humanos y animales se produce en este caso porque lo habitual ha venido siendo que, de manera impune, los perros (y los animales en general) hayan sido maltratados sin la menor censura o recriminación social. Con excesiva frecuencia los medios difunden noticias luctuosas en las que animales son los protagonistas. Afortunadamente el derecho, con tipificación específica en el Código Penal, hace tiempo que comenzó a poner orden en el asunto y condenas específicas a propietarios que abandonan o maltratan hace pensar que se produzcan avances significativos. Sigue siendo España, sin embargo, un país donde continúa con plena vigencia un rechazo a los perros, algo así como una 'perrofobia' irracional, que, a veces hace sentirse estigmatizados a quienes poseen uno o más animales. Somos un caso único en Europa. No es para sentirse orgullosos. En ningún país de nuestro entorno existe una tasa de abandono o una limitación de espacios públicos y privados donde acudir con mascota esté prohibido como en España. No sin críticas (evidentemente cuando son razonadas poseen total legitimidad), este otoño ha traído a Marbella la buena noticia de la apertura de cuatro nuevos parques para perros; hace tan sólo unos días entró en funcionamiento el segundo de San Pedro Alcántara y en el término municipal se abrirán tres más en fechas no lejanas, incluido uno de casi dos mil metros cuadrados en Las Chapas (que, como Teruel, también existe). Una noticia como ésta siempre resulta positiva, aunque no se tenga perro al que llevar, porque es un signo de civilización (decía el brasileño Roberto Carlos en su canción que quería ser «civilizado como los animales»). A pesar de ello, no han faltado quienes, confundiendo intencionadamente cabe pensarse, atacan la iniciativa con el consabido argumento de las calles con excrementos. El asunto de las cacas en la vía pública viene determinado por un déficit de educación, de la tradicional urbanidad que tanto hemos descuidado. En esto Marbella no deja de ser diferente: ciudades hay en España (muchas) donde jamás se encuentra un excremento de perro en la calle, sencillamente por algo tan elemental como es recogerlo con la bolsa reglamentaria. Contamos con la normativa específica, no queda más que aplicarla con rigor y sancionar rigurosamente a quien incumple. Quiero creer que la gran mayoría de los ciudadanos consideran la apertura de parques caninos como un avance hacia la consecución de una ciudad más habitable y al servicio de sus ciudadanos y también sus perros. El próximo paso debería ser los espacios de playa. A quienes molesta habría que pedir un mínimo grado de comprensión, porque hay que compaginar los intereses de todos los sectores del vecindario: debemos compartir las calles para pasear, para que transcurra el desfile del Carnaval, la Cabalgata de Reyes, las procesiones de Semana Santa, las pruebas ciclistas que cortan Ricardo Soriano y Ramón y Cajal y obligan a rodeos casi imposibles, los desfiles de la Legión y cualquier otro acontecimiento. Incluso debemos aspirar a poder disfrutar de la Plaza de los Naranjos. Para ello hace falta la cultura del consenso, el diálogo y la tolerancia. Aunque a algunos sigan molestando los perros, quizás son muchos más los que los consideran como un miembro de la familia y «no estamos locos». Pero conviene ser muy claros en la exposición, por aquello de la no inocencia del lenguaje que decía al comienzo: poseer un perro no es un juego, al contrario implica una enorme responsabilidad que pasa por su limpieza, la atención sanitaria y evitar que pueda molestar a otras personas y, por supuesto, adquirir el hábito de llevar siempre bolsas de recogida de excrementos y usarlas. Ahora que llega Navidad, hay que pensarlo muy bien si se tiene la idea de regalar un perro o un gato. Nunca olvidar que antes que comprar, se recomienda adoptar.

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