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EL EXTRANJERO

Garzón y la tropa

Un despropósito, mucho más en la línea de la brutalidad de Millán Astray que en la del pendular y ensimismado Unamuno, ha sido rescatado en mala hora por el Ejército de Tierra para dar ánimos a Rafael Nadal

Antonio Soler

Jueves, 18 de agosto 2016, 08:07

De pronto, en medio de la canícula, Millán Astray se ha metido en la política nacional. El tuerto-manco, medio cojo y recosido Astray, enemigo ... de la inteligencia en la figura de Unamuno, fue elogiado por el que debemos considerar como el epígono más claro del 98, Camilo José Cela. Antes de ser puente con los escritores del exilio y un elemento poco grato al franquismo, Cela le hizo una loa disparatada y odiosa al fundador de la Legión. Allí se decía que «la guerra no es triste» y que fuera de la Bandera (con mayúsculas en el original) «nada, ni aún la vida, importa». El despropósito, mucho más en la línea de la brutalidad de Millán Astray que en la del pendular y ensimismado Unamuno, ha sido rescatado en mala hora por el Ejército de Tierra (también con mayúsculas en todos los papeles) para darle ánimos a un deportista español, a Rafael Nadal concretamente, confundiendo la raqueta con el cañón y el deporte con la mística de la sangre. Y por en medio se cruzó Alberto Garzón.

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