EL MIRADOR

Corazón antiguo

La Constitución va a continuar siendo una piñata que todos golpean para buscar premio

Teodoro León Gross

Lunes, 7 de diciembre 2015, 12:31

Ayer los corifeos de Pablo Iglesias, con motivo de la Constitución, convirtieron 'Gracias 1978; hola 2016' en 'trending topic'. Podemos entra en campaña -con viento ... a favor mientras PP y PSOE cargan insistentemente contra Ciudadanos, identificado como rival- tirando de uno de sus mantras: la reforma constitucional. Y el 6 de diciembre, nuestro particular Constitution Day, era el día. Claro que, como en tantos otros flancos del programa, Podemos parece haber limado el discurso hasta la ortodoxia. Ya no refutan 1978, sino que incluso agradecen los servicios prestados. En fin, era absurdo, ¿quién se siente oprimido por 1978? Se acabó aquel camelo. 'Gracias revolucionarios, hola reformistas'.

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La apuesta de Podemos, eso sí, ya no es tan 'cool'. Ahora apenas van más allá de la izquierda tradicional que viene reclamando esa reforma desde tiempo atrás. De hecho, aunque la derecha se opusiera con su típico numantinismo conservador (¡esto no se toca!) incluso Rajoy se ha subido a ese carro. Otro dondedijedigo. Así que la distancia entre Podemos y el PP se ha estrechado. Todos coinciden en rehacer la Ley Electoral, cortar privilegios políticos como el aforamiento o las puertas giratorias/incompatibilidades; reformar el Senado, regular las competencias autonómicas y despolitizar la Justicia. Eso sí, cualquier consenso se diluirá cuando toque bajar de las musas al teatro.

Pablo Iglesias al fin apela al constitucionalismo pero, ah, no de 1978, sino de 1812. Este es un país muy dado a los mitos. Hay bastantes más motivos para estar orgullosos de 1978 que de 1812. No es raro que Pablemos citara a Carlo Levi al proclamar 'el futuro tiene un corazón antiguo'. Y tanto. Van con dos siglos de retraso. Se pone estupendo comparando aquella lucha contra Napoleón con la lucha actual contra la Troika; olvidando que aquello acabó en un periodo negro para España con el rey felón Fernando VII recibido al grito de ¡vivan las cadenas! Qué cosas. 1978 ha proporcionado las mejores décadas de prosperidad y modernidad en España, pero eso sería reconocerle algún mérito a PSOE y PP. A los hijos del 15M, con su 'corazón antiguo', les mola más 1812.

Hay más. Para contentar al electorado catalán, su mejor caladero, Pablemos vende 'el derecho a decidir sin matices' en su reforma constitucional. Y ahí se acaba el espejismo. En ese apoyo al referéndum -una 'épica' según Colau- se agota el señuelo de la integración racional de Podemos. Es imposible defender el derecho a decidir, derecho inexistente en el ordenamiento constitucional de España o de cualquier otro lugar, y en la práctica política internacional. Salvo que Iglesias pretenda, como Humpty Dumpty, que las palabras signifiquen exactamente lo que él quiera, esto no cuela. Sólo se trata de votos. La Constitución va a continuar siendo una piñata que todos golpean para buscar premio.

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