EL MIRADOR

Tan lento, tan rápido

Después de casi tres años, manda huevos usar como argumento 'las cosas de palacio es que van despacio'

Teodoro León Gross

Lunes, 16 de noviembre 2015, 13:14

En víspera del fin de semana, la consejera Adelaida de la Calle salió a justificar el largo bloqueo de las escuelas de hostelería de La ... Cónsula y La Fonda: «La administración es muy lenta». A primera vista ese parece una axioma inocente, pero no, no lo es. De hecho, difícilmente se encontrará una frasecita con un cinismo equiparable. Después de casi tres años, manda huevos usar como argumento 'las cosas de palacio es que van despacio'. Es, castizamente, de verdadera coña. Seguramente un político profesional, con el instinto tan afilado como los colmillos, vería rápido lo indecoroso de recurrir a ese tópico para justificar la escandalosa incapacidad gubernamental. A De la Calle, en cambio, sólo le faltó añadir «bueno, pero a quien madruga, Dios le ayuda; así que los chicos de las escuelas no deben rendirse, que quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija». De no saber que la ex rectora es una catedrática de Biología Celular de Palencia. En fin, seguramente sólo es una política bisoña a la que un asesor del partido o de San Telmo le ha colado ese sonrojante argumento de marras.

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A ver, la cronología del conflicto en La Cónsula y La Fonda se inicia en marzo de 2013, camino ya de tres años, exactamente treinta y tres meses, ciento treinta y nueve semanas, casi mil días. No parece difícil ponerse en la piel de los profesores, de los alumnos: mil días aguardando a que la Junta dé una solución. Así cada mañana, durante mil mañanas. Y en ese tiempo han oído decenas de veces que sí, que ya, que por fin, que ahora seguro... De modo que sin duda les habrá encantado la gracieta de 'las cosas de palacio van despacio'.

Ahora dicen que será mañana. Bueno, quizá sea mañana. Alguna vez tendrá que ser. Eso sí, los alumnos podrán pensar aquel lopesco «siempre mañana pero nunca mañanamos». En la Junta ya han dicho mañana al menos veinte veces, quizá treinta. La hemeroteca es de escándalo. Así que su credibilidad está a cero; y aunque se resuelva mañana, seguirá a cero. Mil días de inoperancia, de incapacidad catastrófica para resolver este enredo burocrático, ya no deja el menor margen a la indulgencia. Y la coartada de la lentitud de la Administración («Eso hace que no todo vaya con la rapidez con que debería ir») resulta chusca. ¿No todo lo rápido? Qué cosas. A gente que lleva casi mil días esperando, y yéndose mil noches a la cama bajo el plomo del desaliento, no se le puede decir «esto no va con toda la rapidez con que debería». Ese es, señora consejera, un mensaje impúdico. En junio de 2013 quizá valdría, tras incumplir el primer plazo formal, o en otoño de 2013, al fallar de nuevo para el nuevo curso, quizá incluso en los primeros meses de 2014, cuando las coartadas burocráticas ya eran muy sofisticadas, pero mil días después no, rotundamente no. Se ve que la administración es muy lenta, pero a cambio la politización es muy rápida.

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