En una carta al director, publicada el domingo, los promotores de un espacio comercial con gasolinera entre Miraflores y Pinares de San Antón reaccionaban a ... las críticas del vecindario mencionando no ya el argumento obvio de la legalidad, sino cuatro buenas razones: mejorar la oferta de servicios, al incluir supermercado, farmacia o una oficina bancaria donde no hay; crear empleo; abaratar el combustible en el lado Este de la ciudad, donde es más caro por falta de estaciones; y en definitiva revalorizar el entorno, ahora algo degradado. Parece claro que se trata de un proyecto revitalizador, pero, eso sí, para unos pocos vecinos puede resultar molesto, aunque lleven años ante esa parcela convertida en rastrojal con uso de escombrera. Se trata del típico fenómeno 'NIMBY', acrónimo de 'Not in my Back Yard', léase 'No en mi patio trasero': la resistencia a soportar actividades fastidiosas en tu entorno inmediato. Hay quien prefiere trasladarlo al español como SPAN: 'Sí, Pero No Aquí'.
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Todo el mundo quiere antenas, sí, pero no en su patio trasero; todo el mundo quiere aeropuertos, pero sin oír los aviones desde su patio trasero; todo el mundo quiere cárceles, pero sin ver pasar a la clientela desde su patio trasero; todo el mundo quiere aerogeneradores, pero no en el paisaje de su patio trasero; todo el mundo quiere todo, pero no en su patio trasero. Esa es la nuez, cuyo paroxismo tal vez sea la energía nuclear, rechazada en su territorio por los españoles a cambio de importarla mucho más cara desde Francia, con el señuelo ingenuo de que los Pirineos sean un escudo natural. Así va esto: sí a todo, pero sin molestias. Sí a los postes de alta tensión, pero no aquí; sí a los refugios de homeless, pero no aquí; sí a iglesias con campanas para la mañana dominical, pero no aquí; sí a las naves industriales, pero no aquí; sí a los centro para drogodependientes, pero no aquí. La consigna es SPAN: ¡Sí, Pero No Aquí!
En ese eje de carreteras, en una zona con urbanizaciones muy desarrolladas en los años de la burbuja, este espacio comercial tiene sentido; pero el NIMBY se impone: sí, estupendo, pero no junto al patio de mi casa. Ahora está por ver la capacidad de presión del vecindario. Eso es determinante, como acreditan dos titulares de los últimos días: La Fiscalía investiga una posible prevaricación del Ayuntamiento al anular una licencia legal para un parking por la presión de los vecinos en víspera electoral (un caso de alta capacidad de presión); el TSJA ordena al Ayuntamiento retirar una estación de bombeo junto a una vivienda tras la recalificación irregular de una zona verde con abuso de poder (un caso de baja capacidad de presión). En definitiva todo depende de eso, y ahora comienza el proceso de calibrado: ¿ser o no ser rentable electoralmente? He ahí el dilema.
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