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El mirador

Homo Ergonomicus

Esto es una caricatura forzada, pero sirva para escenificar el contraste entre la realidad y la política

Teodoro León Gross

Jueves, 1 de octubre 2015, 12:21

La crisis de las sillas ergonómicas titulaba ayer Pilar Quirós su deliciosa crónica esperpéntica de La Casona del Parque. Se trata de un asunto intrascendente, ... tanto que acaba por resultar trascendente. Al grupo Málaga Ahora, una de esas marcas blancas generadas por Podemos, le han proporcionado mobiliario nuevo de despacho tras quejarse de tener oficinas como sacadas de la primera temporada de Cuéntame. Los demás grupos y funcionarios condenados a sus oficinas decadentes con mobiliario estilo Remordimiento salvo reformas con fondos propios van rajando sotto voce por el lujo de las sillas ergonómicas de los podemitas y sospechan de algún cambalache: «¡Ya son la casta!», mascullan en el pasilleo. Ellos han contraatacado con un comunicado sardónico, ironizando por no sentarse en el suelo como en el 15M, disparando a Ciudadanos, etcétera. Al leer esa crónica de aire galdosiano, te viene a la cabeza la imagen de la gente que hace cola ante los Ángeles de la Noche, aguardando unos platos de comida que llevar a casa:

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