A Carmen Olmedo

Querida Carmen, recordando estos días cuando te conocí me vienen a la memoria muchas de las esperanzas que tenía, cuando con apenas dieciocho, descubrí la ... valiente labor de mujeres inmensas como tú. A finales de los noventa empecé mi militancia en el PSOE, unos meses después de que el gran Felipe González dejase de gobernar el país. No era el mejor momento de entrar a formar parte de la organización, ya que llevaba años inmersa en cuitas intestinas que poco fomentaban el espíritu de lucha por la igualdad, de cambio social y de libertad que yo siempre había visto en los socialistas. Pero al poco te conocí y pude descubrir que en el partido había gente tan increíble, valiente, luchadora y políticamente incorrecta como tú. Pude comprobar como lejos de algunos, que solo pensaban en estrategias, listas negras y puestos, había personas comprometidas hasta tal punto con la sociedad, que no les importaba poner en riesgo su propio estatus político si la propia causa así lo merecía; y te he visto en miles de esas Carmen, no solo con los de fuera sino también con los de dentro. Tengo especial predilección por las personas valientes y tú has sido una de ellas en tu paso por este mundo. Ahora es relativamente fácil ser de izquierdas y feminista, pero en la época en la que tú fuiste la primera de la fila era una auténtica heroicidad; poco saben de eso los de mi generación. No solo había que luchar contra una sociedad que oprimía a la mujer, que no le daba su lugar y la castigaba, sino que había que convencer a la familia de que ese era el camino correcto, que luchar por las demás y no tener demasiado tiempo para la tuya no era sinónimo de ser mala madre. Viendo como te adoran tus hijos te puedes ir totalmente tranquila. Carmen nunca olvidaré que fuiste tú, como Vicesecretaria general en Málaga, contra todo pronóstico, la única que dio mi nombre para ir en unas listas al Parlamento de Andalucía. Así eras tú. Imprevisible, brillante, luchadora y mágica. Ahora podrás dedicarte a cambiar y alegrar con tu risa el universo. Aquí ya hiciste más que suficiente. Hasta pronto linda.