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Los 208 pasajeros del primer vuelo fletado por el grupo de españoles varados en Irlanda llega, ayer, al aeropuerto de Barajas (Madrid). José ramón ladra
Volver a casa en tiempos de pandemia

Volver a casa en tiempos de pandemia

Regreso. Un grupo de españoles varados en Irlanda, entre ellos varios estudiantes menores de edad, se han organizado para repatriar a cientos de compatriotas

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Sábado, 16 de mayo 2020, 00:04

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Un bocadillo para comer y pescado al horno para cenar. Eso es lo primero que pidió a sus padres al volver a casa Sergio Martínez, un joven estudiante riojano de 15 años que ayer logró regresar a España después de llevar varios meses varado en Irlanda, donde se encontraba cursando 3ª de ESO, por culpa del cierre de fronteras provocado por la crisis del coronavirus. Tras varios intentos infructuosos y de que el Ministerio de Exteriores solo le ofreciera soluciones que incluían escalas en París, Londres o Amsterdam -algo desaconsejable por su condición de menor de edad y por la incertidumbre de poder quedarse atrapado en estos aeropuertos al cancelarse las conexiones- logró regresar al país ayer en un vuelo charter junto a otros 208 españoles, varios de ellos compañeros de clase, y que fletaron entre todos gracias a la colaboración de un grupo de Facebook formado por compatriotas que se encontraban en la misma situación.

Escenas que se ha venido repitiendo alrededor del mundo desde el inicio de la pandemia y aunque los servicios consulares han logrado repatriar hasta el momento a 26.000 españoles pactando vuelos con aerolíneas comerciales, la realidad es que aún quedan muchos de ellos atrapados en el extranjero. Especialmente preocupaba la situación de los más de 120.000 estudiantes españoles que se encontraban en el extranjero disfrutando una beca Erasmus, de inmersión lingüística o cursando el año escolar. Lo que iba a ser una experiencia de formación, aprendizaje y vivencia se vio truncada de raíz por el coronavirus.

En el caso concreto de Sergio, se marchó a Irlanda en agosto de 2019 para cursar el año escolar en Ashbourne (al norte de Dublín). En marzo, cuando la epidemia empezó a extenderse por Europa, pactó con su padres permanecer allí porque parecía la opción más segura (hay que recordar que Haro fue uno de los primeros focos de la pandemia). Sin embargo, la historia que vino luego es conocida por todos: el coronavirus no se pudo contener rápido y los Gobiernos prepararon medidas de mitigación a largo plazo. «Tuvimos suerte porque la familia de acogida aceptó de buen grado que se quedara con ellos, pero nos preocupaba por la distancia y porque pudieran enfermar», explicó ayer a este periódico Blanca García, la madre, mientras su marido, Antonio Martínez, salía de Logroño en coche camino a Barajas a recoger a su hijo, que aterrizaba a las 14.55 horas, gracias a una autorización expresa de la Guardia Civil, por fuerza mayor.

El vuelo, un Boeing de la empresa privada Privilege Style, fue organizado gracias a la dedicación de un grupo de españoles en la misma situación que primero intentaron hacerlo a través de las compañías comerciales tradicionales. El problema es que estas pedían el valor de todo el pasaje por adelantado. «Tras muchas dilaciones se logró contactar con esta empresa, que nos facilitaba que cada pasajero pudiera pagar su propio pasaje si les garantizábamos viajeros suficientes, ¡y los billetes se vendieron echando virutas! (tenían un coste de unos 300 euros). Todo gracias a personas jóvenes que se metieron en esto con muchas ganas y sin tener ni idea de por donde empezar», recuerda Marisol Subiran, de la empresa Eire Training, que coordina viajes de estudio de españoles a Irlanda. El éxito fue tal que el próximo 22 de mayo partirá de Dublín otro avión con los billetes ya vendidos y están preparando un nuevo viaje para principios de junio (en el de ayer se priorizó a los menores de edad y mayores de 65 años).

Este grupo de españoles coincide en que la Embajada de España en Dublín actuó solo cuando ya estaba organizado el vuelo, facilitando eso sí las autorizaciones para atravesar las fronteras. «Es muy deprimente ver que, si tienes gente para llenar un vuelo, no se haga nada», critica Subiran.

Cuarentena obligatoria

El regreso de este primer grupo ha coincidido con la entrada en vigor de los 14 días de cuarentena obligatoria que el Gobierno ha impuesto durante el estado de alarma a los viajeros que lleguen al país a través de los aeropuertos. Todos tuvieron que rellenar el nuevo formulario para facilitar a las autoridades su localización durante este periodo y a su llegada les sometieron a controles de temperatura, como sucederá mientras dure la medida. Una recomendación que Sergio cumplirá de buena gana. «Le tenemos ya preparado su cuarto . Pero él tiene mucha iniciativa y ya nos dijo que nada de visitas de los abuelos estos días, por si acaso», relata su madre, horas antes de volver a abrazarlo.

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