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Urdangarin abandona ayer la Audiencia Provincial de Palma con su orden de ingreso en prisión en la mano. :: Ballesteros / efe
El tribunal da cinco días a Urdangarin para despedirse de su familia antes de ir a la cárcel

El tribunal da cinco días a Urdangarin para despedirse de su familia antes de ir a la cárcel

Un gélido trámite burocrático ante un funcionario de la Audiencia de Palma puso punto final a casi una década del 'caso Nóos'

MELCHOR SÁIZ-PARDO

PALMA DE MALLORCA.

Jueves, 14 de junio 2018, 00:04

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Dicen los que lo vieron que fue un trámite frío, casi «gélido». Burocracia pura. Una simple firma ante un funcionario de la Oficina de Ejecutorias. No hubo pompa. Tampoco hubo testigos más allá de ocho empleados del Ministerio de Justicia tecleando en sus ordenadores. Iñaki Urdangarin, el yerno de don Juan Carlos y el cuñado de Felipe VI, estuvo ayer menos de trece minutos en la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca.

En ese tiempo no se cruzó con ninguna de las tres juezas que le juzgaron en la Sección Primera. No hacía falta. Las tres magistradas, lideradas por las que fue la presidenta del tribunal del 'caso Nóos', Samantha Romero, ya habían pactado el martes que no habría ningún guiño al marido de Cristina de Borbón. Que las formas eran importantes y que iba a ser tratado como cualquier otro preso con sentencia firme. Daba igual que fuera un exmiembro de la Familia Real o un 'trapicheador' de las calles de Mallorca. Sin ceremonias: en el documento que se le entregó, de una sola hoja, bastaba con fijarle el plazo de entrada en cualquier prisión de su elección bajo apercibimiento de que de si no se presenta a las puertas de una de las 70 cárceles españolas, se dictará orden de búsqueda y captura contra él. «Un simple trámite», en palabras de una de las personas que vio a Iñaki Urdangarín estampar su rúbrica en el documento en el que se comprometía a 'ponerse a la sombra'.

En ese papel, con el que Urdangarin salió ayer a las 12:26 horas de la Audiencia Provincial bajo el brazo, se fijaba el plazo para que el hombre que desató la mayor crisis en la historia reciente de la Monarquía española entre en prisión: cinco días naturales. El plazo límite -aclaró acto seguido el Tribunal Superior de Justicia de Baleares por si quedaba alguna duda interpretativa- expira el próximo lunes.

La tribunal permitió al marido de la infanta Cristina regresar a Suiza tras recoger la notificación

Dicen, una vez más, los que vieron al marido de Cristina de Borbón recoger ese documento, que dirigió inmediatamente su mirada a su abogado, Mario Pascual Vives, para que le interpretara el puñado de párrafos. Y, sobre todo, para que su letrado le aclarara la única duda que le quedaba tras ver la ejecutoria: ¿podía coger el vuelo que salía tres horas después desde el aeropuerto palmesano con destino Ginebra?

Pascual Vives no quiso responderle hasta que pudo leer el papel. La respuesta, ya casi a las puertas del tribunal, fue afirmativa. La Audiencia Provincial de Palma, a pesar de no querer hacer ningún guiño, se lo volvía a hacer, y no retiraba el pasaporte a un condenado en sentencia firme del Tribunal Supremo a cinco años y diez meses por los delitos de malversación, prevaricación, fraude, dos delitos fiscales y tráfico de influencias.

Las magistradas del 'caso Nóos', las mismas que en febrero del pasado año le permitieron seguir residiendo en Suiza, fuera de la Unión Europea, tras la primera sentencia a seis años y tres meses, siguieron sin apreciar ayer riesgo de fuga del c ondenado. Urdangarin, explicaron fuentes cercanas al tribunal, no ha faltado ni a una sola de sus citas con la justicia. Ni durante la instrucción del sumario ni durante el juicio ni tras la sentencia en primera instancia. El cuñado de Felipe VI, recordaron estas mismas fuentes, durante la década que ha durado este proceso siempre ha estado localizable. En el último año y medio, tras la sentencia de la Audiencia Provincial, ha acudido religiosamente a firmar en el consulado de la capital de la Suiza romanda.

Así las cosas, Urdangarin aprovechó sus últimos días en libertad para volver a ver a los suyos con la bendición de la Audiencia Provincial. A media tarde, estaba en Ginebra para reunirse con su esposa y con sus cuatro hijos, Juan Valentín, de casi 18 años; Pablo Nicolás, de 17; Miguel, de 16; e Irene, que acaba de cumplir los 13.

Torres, igual

La Audiencia Provincial de Palma no quería hacer distingos entre Urdangarin y los otros dos únicos procesados por el 'caso Nóos' que deben entrar en prisión, el socio en el Instituto Nóos, Diego Torres, y el expresidente del Gobierno balear, el popular Jaume Matas.

Torres llegó mucho antes que Urdangarin. Casi no habían abierto las puertas del tribunal cuando el exprofesor de Esade se apresuró a recoger el papel que le mandaba a la cárcel. Torres valoró con su abogado, Manuel González-Peeters, hasta el último momento ahorrarse el trámite e ingresar sin más dilación en una cárcel. Pero al final, voló desde Barcelona a Palma de Mallorca para que le comunicaran que debe pasar una buena temporada entre rejas. Eso sí, después de que el Supremo le redujera de ocho años y medio de prisión a cinco años y ocho meses la pena de cárcel al resultar absuelto de tráfico de influencias, blanqueo y falsedad. González-Peeteres, a pesar de la condena de su cliente, no podía ocultar ayer su satisfacción por haber librado a Torres de las más de dos décadas de cárcel que, en primer instancia, pidió la Fiscalía para su cliente.

Matas, por su parte, mucho más ducho en estas lides judiciales -no en vano ya pasó por este trago en la primera condena del caso Palma Arena que le condujo ala cárcel de Segovia- se ahorró acudir a la Audiencia Provincial y se presentó en la prisión madrileña de Aranjuez para empezar a cumplir la condena de tres años y ocho meses de cárcel por haber abierto de par en par la administración balear a Urdangarin y sus negocios sin necesidad de pasar por concursos públicos o libre concurrencia.

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