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Trapero se convierte en objetivo prioritario de los investigadores

Responsables de la Guardia Civil han pedido a la Fiscalía medidas cautelares para evitar que el mayor reincida

M. SÁIZ-PARDO

Miércoles, 11 de octubre 2017, 01:11

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madrid. La Guardia Civil tiene en su punto de mira al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero. Responsables del instituto armado ha instado ya a la Fiscalía para que, a la vista de los duros informes entregados a la Audiencia Nacional sobre la supuesta connivencia de Trapero y sus agentes con la organización del 1-O, reclame medidas cautelares contra él para evitar la reincidencia en la desobediencia o en la sedición.

Los documentos en poder de la juez Carmen Lamela son una lista de agravios muy larga contra Trapero. Le acusan directamente de ser, junto a los dirigentes de la ANC y de Òmnium miembro de un «comité ejecutivo» para la independencia. Su colaboración con las entidades soberanistas que han promovido el referéndum llega al punto de que Jordi Sànchez, líder de ANC, comunicó a los guardias civiles atrapados en el asedio a la Consejería que estaba en «contacto» con el propio Trapero.

Y más pruebas, los agentes del instituto armado, el 1-O en la localidad de Sant Cebriá de Vallalta llegaron a encararse con dos mossos. Uno de ellos, un 'caporal', recriminado por su pasividad a las ordenes de impedir la votación, espetó a la Guardia Civil que «no le reconocía como agente de la autoridad y que únicamente reconocía y obedecía órdenes del major Trapero».

Los investigadores sostienen que es impensable que los agentes del cuerpo autonómico obraran por cuenta propia en sus intentos por facilitar el referéndum. «Parece que responderían, más que a conductas aisladas e individuales de algunos de los componentes de ese cuerpo policial, a unas instrucciones o pautas de actuación derivadas de la cadena de mando y que encontrarían su último eslabón en el mayor Josep Lluís Trapero», zanjan los agentes del Ministerio del Interior.

Los informes de la Guardia Civil, además de recoger numerosas imágenes de momentos en los que los mossos se encaran con las fuerzas de seguridad del Estado el 1-O o con los brazos cruzados antes las urnas, también inciden en dos hechos que podrían tener carácter más grave: el montaje por parte de los Mossos de un sistema de contravigilancias para proteger a los impulsores de la consulta ilegal y la participación de agentes en las recogida de urnas llena para su recuento, algo que niega tajantemente la Generalitat.

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