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Felipe VI.
El Rey en seis actos

El Rey en seis actos

De aniversario ·

Desde que accedió al trono, el 19 de junio de 2014, Felipe VI ha marcado perfil propio y fijado las bases de su reinado

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Lunes, 15 de junio 2020

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  1. I

    Transparencia

Siempre se ha dicho de don Felipe que era el príncipe mejor preparado de la historia para ser rey. El momento de empezar a demostrarlo le llegó el 19 de junio de 2014, hace ahora seis años, apenas dos semanas después de que su padre anunciara su deseo de abdicar. Y desde el inicio fijó el criterio de la transparencia como uno de los pilares de su reinado. Se sabrá con los años, con la perspectiva del tiempo, si la Corona se abrió a la sociedad empujada, precisamente, por el ejemplo -no muy bueno, por lo que todo indica- de don Juan Carlos durante sus 39 años de inviolabilidad al frente de la Jefatura del Estado. Hasta que Felipe VI fue proclamado Rey de España nunca se supo la relación de regalos que llegaban a Zarzuela, tampoco cómo se distribuía la partida presupuestaria de casi ocho millones de euros. Entendió desde el primer día que un rey tiene que pisar el terreno y empaparse de los problemas de su pueblo, de ahí que se le haya visto en actitudes impensables en otro tiempo, aunque tampoco hay que olvidar dos aspectos claves: vivimos en la era de la imagen y su matrimonio con doña Letizia le permitió adentrarse en otra realidad, la del día a día de los ciudadanos de clase media.

  1. II

    Cataluña

3 de octubre de 2017. Felipe VI pronunció ese día -hasta la fecha- el discurso de su vida. «Mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España». Sus palabras, dos días después del referéndum ilegal en Cataluña, cayeron como un jarro de agua fría en el independentismo. Pero fijó las bases para la aplicación del artículo 155 de la Constitución, al reclamar al Estado que asegurara «el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones». Todos los discursos que pronuncia el monarca son supervisados por el Gobierno. Sobre este circulan dos teorías, y contrapuestas: por un lado, que fue el Ejecutivo de Mariano Rajoy el que instó a don Felipe a pronunciarlo, marcándole las bases de lo que tenía que decir y, por otro, que el entonces presidente temía que el mensaje que el Rey lanzó por voluntad propia a la nación, ante el clima de tensión que se vivía en las calles de Cataluña, se entendiera como un síntoma de debilidad del Ejecutivo. Da igual, don Felipe siempre ha mantenido una posición inamovible sobre el desafío soberanista. Y desde entonces no han sido pocas las veces en las que ha hecho referencia a la crisis catalana. En febrero del año pasado, al tiempo que se celebrara el juicio del 'procés' en el Supremo, dijo ante más de un millar de juristas, en un acto de la Asociación Mundial, que «sin respeto a las leyes no existe ni convivencia ni democracia, sino inseguridad, arbitrariedad».

  1. III

    Leonor

La continuidad de la Corona, que su primogénita llegue algún día a convertirse en reina de España, más que un deseo es la meta marcada por el monarca. Y por doña Letizia. Los Reyes son conscientes de los tiempos convulsos en los que viven, que cada vez más voces consideran un anacronismo que la Jefatura del Estado pase de padres a hijos. Pero también que su labor será más difícilmente cuestionada si ofrecen a la sociedad lo que la sociedad espera de ellos. Y para eso preparan a la princesa de Asturias -también a la infanta Sofía-, para lo que le pueda deparar el futuro. Porque don Felipe, y así lo ha manifestado en círculos muy cerrados, sabe que en años, como muy pronto, o décadas, a más tardar, se abrirá un debate en España sobre la continuidad de la monarquía, como ha sucedido, sucede y sucederá en otros países de Europa. La princesa Leonor, que en octubre cumplirá 15 años, ya ejerce como heredera, poco a poco va asumiendo más funciones institucionales. De hecho, el año pasado presidió y pronunció su primer discurso en los Premios Princesa de Asturias.

  1. IV

    Elecciones

La inestabilidad política ha marcado el inicio del reinado de Felipe VI, hasta el punto de que ha realizado ocho rondas de consultas para la formación del Gobierno. Su padre, en 39 años como jefe del Estado, convocó diez. En estos seis años, los españoles hemos sido llamados cuatro veces a las urnas en elecciones generales, durante 570 días el Gobierno estuvo en funciones, 316 días con Mariano Rajoy (de diciembre de 2015 a octubre de 2016) y 254 días con Pedro Sánchez (desde abril de 2019 a enero de 2020). Esta circunstancia frenó en seco en 2016 la agenda internacional de don Felipe, quien, políticamente, ha vivido momentos inéditos, como cuando Rajoy declinó en 2016 su invitación a intentar formar Gobierno al carecer de los apoyos necesarios para salir elegido presidente -en una segunda ronda propuso a Sánchez- o la primera moción de censura que prospera, en junio de 2018, que permitió al líder socialista instalarse en la Moncloa. Bajo su reinado también se ha formado el primer Gobierno de coalición. Don Felipe, a estas alturas, no tiene dudas de la lealtad institucional del PSOE con la Corona. Pero probablemente no podrá decir lo mismo de Unidas Podemos, una formación que nunca ha ocultado su ideario de instaurar la república en España. Sin embargo, el trato que Pablo Iglesias ha dispensado al Rey siempre ha sido correcto; el líder de Podemos destaca, de hecho, la preparación del monarca. También de cordial puede definirse la relación entre el jefe del Estado y el presidente del Gobierno, pese a que a este último se le ha acusado repetidamente de tratar de ocupar funciones que le corresponden al Rey. También se le ha reprochado a Sánchez desplantes varios hacia don Felipe. «Ha sido rápido, simple y sin dolor. El dolor viene después», le espetó entre risas el monarca a Sánchez el 8 de enero, cuando prometió su cargo como presidente del Gobierno. «Ocho meses para diez segundos», le respondió Sánchez, demostrando, pese a todo, buena sintonía.

  1. V

    Viaje a Cuba

En noviembre del año pasado, dos días después de las elecciones del 10-N, el mismo día en que Sánchez e Iglesias sellaron su pacto para tratar de formar un Gobierno progresista -el Rey conoció la noticia en el avión-, don Felipe realizó junto a la Reina un viaje de Estado a Cuba, calificado de histórico al tratarse del primero de estas características de un monarca español a la última colonia española en América. De ese modo, el Gobierno pretendía corregir una «anomalía» en las relaciones bilaterales. La visita a Cuba no estuvo exenta de polémica; de hecho, Felipe VI se vio obligado a participar en actos que le resultaron incómodos, pero saldó el envite con nota. La agenda internacional del Rey tuvo otra cita clave en estos seis años: el viaje al Reino Unido, en 2017 -el anterior había sido en 1986-. También visitó el Vaticano, estuvo en la entronización del emperador de Japón y la pandemia le obligó a posponer el viaje previsto en abril a EE UU, invitado por Trump.

  1. VI

    Don Juan Carlos

Es el gran quebradero de cabeza del Rey, y también su más pesado lastre. Don Felipe demostró desde el primer día que su reinado no sería continuista -«encarno una monarquía renovada para un tiempo nuevo», dijo en las Cortes el 19 de junio de 2014 al ser proclamado Rey-. Pero ahora, con la investigación abierta por la Fiscalía del Supremo, teme que los errores del pasado de su padre puedan pasarle factura. La ejemplaridad de la monarquía que tanto defiende don Felipe se da de bruces con la realidad, con los turbios negocios que se atribuyen al emérito a lo largo de casi cuatro décadas de reinado. El Rey, contundente, ha hecho todo cuanto está en su mano para romper con su padre, hasta el punto de que el pasado 15 de marzo, cuando España vivía pendiente y confinada por el avance incontrolado de la pandemia, Casa Real emitió un comunicado en el que don Felipe anunciaba su renuncia a la herencia de don Juan Carlos, al que también se le ha retirado la asignación. Hoy por hoy resulta impensable que se vuelva a ver en público a don Felipe junto a su padre. Caso bien distinto es doña Sofía, que sigue siendo un gran activo para la Corona.

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