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Puigdemont espera para declarar ante la Fiscalía belga el pasado 5 de noviembre. :: OLIVIER HOSLET / efe
Puigdemont solo será investido si se arriesga a regresar a España

Puigdemont solo será investido si se arriesga a regresar a España

El juez Pablo Llarena tendría que autorizar su presencia en la sesión del Parlament en la que se le elegiría como presidente

D. GUADILLA

Sábado, 23 de diciembre 2017, 00:37

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Cataluña no solo afronta un horizonte complejo por la fragmentación política. De los 135 diputados que compondrán el Parlamento, 18 tienen causas pendientes con la Justicia. Algunos están en prisión, Oriol Junqueras y Jordi Sánchez por ejemplo, otros se encuentran en libertad provisional, como Jordi Turull y Josep Rull, y otros en el extranjero, caso de Carles Puigdemont. Una serie de procesos judiciales que dejan varias preguntas en el aire.

Las dos más relevantes: ¿Puede Carles Puigdemont ser reelegido presidente de la Generalitat catalana? ¿Pueden los 18 candidatos electos con causas pendientes convertirse en parlamentarios y ejercer su labor con cierta normalidad? La respuesta a ambas es afirmativa, aunque con algunas limitaciones y condiciones previas.

En el caso de la primera cuestión, para que Puigdemont pueda reeditar su cargo debe regresar de Bélgica. Sobre el cabeza de lista de Junts per Catalunya pesa una orden de detención por un supuesto delito de rebelión, así que en cuanto pise territorio español lo más probable es que sea arrestado y puesto a disposición del juez Pablo Llarena. Se da casi por seguro que, en ese supuesto, el magistrado del Tribunal Supremo decretará para él prisión provisional.

Imposible desde Bélgica

Pero su entrada en la cárcel, paradójicamente, le abre las puertas del Palau. Al no haber sentencia firme, Puigdemont no pierde sus derechos políticos. Sería similar al caso de Juan Carlos Yoldi, el preso de ETA que también estaba internado a la espera de juicio y que HB presentó como candidato a lehendakari en 1987. El miembro de la banda terrorista fue autorizado por el juez a asistir a la sesión de investidura. Yoldi acudió al Parlamento vasco bajo un fuerte dispositivo policial, pronunció su discurso y regresó a prisión tras perder la votación frente a José Antonio Ardanza.

En este caso sería Llarena quien tendría que autorizar la presencia de Puigdemont. ¿Y no puede ser elegido presidente estando huido en Bruselas? «No, porque tiene que someterse a la sesión de investidura y tomar posesión de su cargo», recalca Eduardo Vírgala, catedrático de Derecho Constitucional. Otra cosa es si un Gobierno puede funcionar con su presidente en prisión. Podría nombrar a un 'conseller en cap' para ciertas labores ejecutivas, pero «no todo puede ser delegado», recuerda Vírgala. Por ejemplo, la firma de leyes. «Sería esperpéntico».

El trámite que Puigdemont y el resto de electos con causas judiciales abiertas tienen más fácil de superar es el de ejercer como diputados autonómicos. Incluso estando en Bélgica. La condición de parlamentario en Cataluña se logra casi de forma automática. No se necesita acudir a la Cámara para recoger el acta y solo se puede perder a través de una sentencia firme condenatoria. El reglamento del Parlamento catalán, además, es lo suficientemente ambiguo como para permitir a Puigdemont ejercer su labor legislativa sin demasiados problemas.

El artículo 93 de la normativa interna establece que un diputado podrá «delegar» el voto en el supuesto de «hospitalización», «enfermedad grave» y cuando se produzca una «incapacidad prolongada debidamente acreditada». ¿Puede incluirse la huida de Puigdemont en el último caso? La última palabra la tendrá la Mesa del Parlamento. Y como en la pasada legislatura, es más que probable que sean los soberanistas los que tengan mayoría en el órgano de gobierno de la Cámara.

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