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ANDER AZPIROZ
MADRID.
Martes, 22 de enero 2019, 00:06
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El cofundador y todopoderoso secretario político durante los tres primeros años de vida de Podemos tira la toalla. Íñigo Errejón anunció ayer que entrega su acta de diputado, tal y como le venía exigiendo la directiva nacional de la formación morada desde que el pasado jueves anunció su alianza con Manuela Carmena para aspirar a la Presidencia de la Comunidad de Madrid bajo la marca Más Madrid. La incógnita que queda ahora es conocer el número de dirigentes que se marcharán con él del partido.
Errejón aseguró que ha tomado la decisión tras meditarla con tranquilidad. También que desde que telefoneó a Pablo Iglesias el jueves para anunciarle el pacto con la alcaldesa de la capital no ha hablado con nadie de la Ejecutiva. Y es que los pocos puentes que quedaban en pie entre el secretario general y quien fue su mano derecha están ahora totalmente rotos, como señaló la pasada semana Irene Montero.
Los mensajes para que dimitiera fueron muy claros a lo largo de los últimos días. «Lo hemos dicho todos», señalaron ayer los coportavoces Pablo Echenique y Noelia Vera durante su comparecencia semanal tras la reunión del Consejo Ciudadano. La dirección había renunciado a abrirle un expediente de expulsión, como sí ha hecho con los ediles de Podemos en Madrid que de la misma forma han escogido la lista de Carmena. No obstante, se presionó hasta la saciedad para que el exnúmero dos de la formación dimitiera de sus cargos de 'motu proprio'.
Errejón justificó que con su paso evita un mayor desgaste a su hasta ahora partido y a las opciones de la izquierda de conquistar la Comunidad de Madrid. Señaló que no se va de Podemos y que será a partir de ahora un militante más. «Lo llevo en el ADN», dijo. Pero, en la práctica, está fuera de la formación morada, tal y como le han repetido a sus antiguos compañeros de filas.
La traición que sienten Iglesias y los suyos hace inviable cualquier tipo de reconciliación. A pesar de ello, Errejón tendió la mano ayer para confeccionar una candidatura conjunta. Eso sí, con él como único líder y sin cortapisas de ningún tipo por parte de los 'pablistas', que han intentado a lo largo de los últimos meses condicionar el orden de la plancha electoral. La última ocasión fue para colocar a la dirigente de Izquierda Unida Sol Sánchez como número dos de la lista autonómica. Precisamente será Sánchez la que entre ahora en el Congreso para reemplazar al diputado dimitido.
La posición del exnúmero dos dentro de Podemos era ya insostenible. «Tendrá que decidirlo él, nosotros ya hemos señalado lo que haríamos», había dicho Vera apenas dos horas antes de que se hiciera efectiva la renuncia. La portavoz destacó que la militancia apostaba por la marcha de su antiguo secretario político. El argumento sigue la misma línea que la carta hecha pública por Iglesias el jueves, cuando acusó a quien fue su mano derecha de haber mentido a las bases al pactar en secreto su alianza con Carmena y romper el clamor por la unidad que se exigió tras la asamblea de Vistalegre II. La presión para la renuncia ha llegado a resultar ofensiva para el ya exdirigente podemista. Lo fue cuando Echenique insinuó que no entregaba su acta en el Congreso para asegurarse un sueldo de aquí a las elecciones de mayo, una afirmación que causó hondo malestar tanto al candidato autonómico como a su equipo más cercano. Rafa Mayoral, uno de los hombres fuertes del partido y dirigente de la máxima confianza de Iglesias, también había pedido ayer la salida de Errejón. «No es una cuestión administrativa, es una cuestión política y de responsabilidad. Somos ya todos mayorcitos», destacó en declaraciones a la cadena Ser. «He oído a dirigentes de mucho peso de mi partido hacer afirmaciones gruesas en medios de comunicación sobre que tengo que entregar mi acta, y así lo hago», respondió Errejón.
Los portavoces de Podemos trataron de dirigir su intervención de ayer a «las cosas de comer», como se refieren desde la formación morada a las políticas sociales. Pero la espantada del exnúmero dos a Más Madrid centró el interés de su comparecencia semanal. Les guste o no, las continuas crisis internas copan la actualidad del partido. Ni Vera ni Echenique explicaron cómo piensan cuadrar el círculo. Y esto pasa por lograr un acuerdo con Carmena para concurrir juntos a las municipales y a la vez presentar un candidato a la presidencia regional que compita con el mismo partido con el que van de la mano en el ayuntamiento.
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