PDeCAT y ERC mantienen a Puigdemont y Junqueras como cabezas de lista para el 21-D

El portavoz de ERC, Sergi Sabrià, ha insistido esta mañana en que si no van todas las fuerzas del secesionismo juntas, Esquerra no asumirá la lista unitaria. “Solo valoramos un espacio donde estemos todos”, ha asegurado Sabrià. “Si alguno falla, es mejor que todos nos presentemos por libre. Las opciones a medias están descartadas”. ha rematado. Se refería a un nuevo Junts pel Sí.

En caso de que no fuera posible una lista unitaria, que para ERC debería incluir al PDeCAT, la CUP y a sectores díscolos de Podemos, como Albano Dante Fachín, el acuerdo entre las fuerzas soberanistas pasaría, según los republicanos, por compartir “puntos programáticos” y algún tipo de “coordinación y colaboración” entre las diferentes candidaturas. “No descartamos una acuerdo de máximos”, ha asegurado Sergi Sabrià, que se ha mostrado “esperanzado con lo que ha pasado estas últimas horas”, en las reuniones mantenidas entre los diferentes actores del independentismo. “Hemos visto voluntad de cooperación y colaboración, encontraremos la fórmula para maximizar los votos”, ha rematado.

Tras la salida de Albano Dante Fachín de Podemos esta mañana, ERC le ha abierto las puertas para presentarse en la lista republicana para el 21-D, a pesar de que el exlíder de Podemos es contrario a la independencia de Cataluña. “Nos unen los valores republicanos y la república en sí misma”, según Sabrià, que no descarta una lista de Esquerra que represente muchas más diversidades que la secesionista.

Sobre la decisión del juez belga de dejar en libertad a Carles Puigdemont, ERC ha expresado que pone en evidencia que estamos ante un “criterio opuesto al que vivimos en la Audiencia Nacional, donde se tomaron medidas cautelares extremas sin fundamento”. “Es la diferencia entre un sistema judicial con garantías y uno politizado”, ha rematado.

Por su parte, el consejo nacional del PDeCAT aprobó ayer por unanimidad que Puigdemont sea el cabeza de lista de la formación nacionalista de cara a las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre. La aplicación del artículo 155 y la decisión de Puigdemont de postularse como candidato ha alterado los planes de la dirección convergente, cuyo plan pasaba por reubicarse con nuevas caras tras años de fuerte dependencia de Esquerra y de la CUP, lo que ha desgastado su perfil de centro-derecha.

Pero las circunstancias mandan y el exjefe del Ejecutivo catalán, que siempre había dicho que no repetiría como candidato, es hoy por hoy el principal activo electoral que tienen los exconvergentes, o al menos eso es lo que consideran en su partido. Puigdemont se ha forjado un buen cartel entre el electorado independentista y a él aclaman las personas que se manifiestan para pedir la puesta en libertad de los dirigentes secesionistas presos.

Habían sonado otros nombres como cabeza de lista. El exconsejero Santi Villa, en libertad tras pagar 50.000 euros de fianza, dio al paso adelante para defender desde el PDeCAT una independencia dentro de la legalidad. Por el lado contrario, el del secesionismo radical, se barajaba el nombre de Josep Rull. Pero Puigdemont puso fin a las elucubraciones el viernes desde Bruselas y se ofreció para encabezar la lista. Su partido no hizo ayer más que formalizar su candidatura.

En principio, los neoconvergentes siguen apostando por conformar una lista unitaria del soberanismo, que encabezaría Puigdemont y que también incluiría al resto de exconsejeros encarcelados, así como a los miembros de la Mesa del Parlament, que el jueves declararán en el Tribunal Supremo. «Es la hora de ponernos de acuerdo porque tenemos que preservar la libertad del país y las personas encarceladas», afirmó la coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, en su discurso a la militancia, en el primer consejo nacional del partido desde que más de la mitad del anterior gobierno catalán fue enviado a prisión, cuatro de los cuales forman parte del partido heredero de CDC: Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn y Meritxell Borràs. «Solo desde la suma, si lo hacemos juntos, con generosidad, podremos hacer frente a un Estado español que practica el derecho de conquista», aseguró Pascal.

En el PDeCAT, en cualquier caso, son conscientes de que la unión con Esquerra para formar un nuevo Junts pel Sí es muy complicada. La fórmula tiene escasas posibilidades de fructificar, pero la antigua CDC quiere poner toda la carne en el asador –situar a Puigdemont como cabeza de lista forma parte de esta estrategia– y se propone cargar toda la presión sobre los republicanos, para que aparezcan ante la opinión pública como los responsables de la falta de unidad. En definitiva, para cargarles el sambenito de que les importa más el resultado individual que los intereses generales en un momento en que no debería ser así, teniendo en cuenta que tienen también dirigentes encarcelados.

ERC puso el sábado sus condiciones para una lista unitaria, que pasan por que estén presentes todos los partidos soberanistas, incluida la CUP y el sector de Podemos que lidera Albano Dante Fachín. Si no están todos, Esquerra no aceptará. Esto obligaría al PDeCAT a tragarse el sapo de compartir candidatuta con la CUP, con la que más allá de la independencia solo le une la mutua animadversión. Los republicanos temen además que las intenciones de sus antiguos socios convergentes con la lista unitaria no busca más que disimular un posible fracaso electoral como estiman las encuestas, que auguran al PDeCAT el peor resultado en su historia y la de Convergència.

Aun así, la formación de Puigdemont y Artur Mas intentará hasta el final ir de la mano con Esquerra. «Por nosotros no quedará. No seremos los que pondremos trabas. Es la hora de la política», afirmó Pascal en referencia a los republicanos. La dirección convergente emplazó al independentismo a «desbordar las unas» el próximo 21-D, «para evitar que quienes han apoyado la aplicación del artículo 155 se queden con las instituciones de Cataluña». El PDeCAT apostará por un programa que defienda la «libertad de Cataluña», que abogue por un estado en forma de República, pedirá la amnistía de los «presos políticos y la recuperación de las instituciones catalanas», como ejes principales. También se defenderá hacer vinculante el mandato de los ciudadanos obtenido en el referéndum del 1 de octubre, el mismo que se alegó para proclamar la república y que llevó a la aplicación del 155.