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Mariano Rajoy sentado en su escaño del Congreso. :: óscar del pozo
La oposición marca el paso a Rajoy en el inicio del curso parlamentario

La oposición marca el paso a Rajoy en el inicio del curso parlamentario

NURIA VEGA

MADRID

Viernes, 25 de agosto 2017, 00:06

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El Congreso interrumpirá la próxima semana su periodo inhábil para acoger la comparecencia extraordinaria de Mariano Rajoy sobre la trama Gürtel. La oposición se impuso ayer en la Diputación Permanente de la Cámara baja y forzó la convocatoria de un pleno monográfico en el que el presidente deberá explicar «los motivos por los que se niega a asumir responsabilidades por los casos de corrupción» del PP. Los intentos de los populares por frenar la iniciativa resultaron estériles y en la Moncloa asumen que su exigua mayoría dificultará su tarea de marcar la agenda política en el nuevo curso.

Aun con la prevención de que la sesión pueda convertirse en un «espectáculo», el PNV respaldó las iniciativas de PSOE y Podemos, por un lado, y PDeCAT y Esquerra, por otro. Sólo Ciudadanos y UPN optaron por la abstención al entender que es la comisión parlamentaria que investiga la financiación del PP la que ofrece un «formato más inquisitivo» y apropiado para interrogar al presidente del Gobierno. Siendo así, fuentes parlamentarias apuntan al próximo miércoles como fecha probable para la celebración del pleno, aunque según la disponibilidad de Rajoy podría desplazarse al jueves.

«Ojalá sigamos colaborando como hoy para que más tarde o más temprano veamos al PP fuera de nuestras instituciones», proclamó Pablo Iglesias. El destinatario del mensaje era principalmente el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pero también las fuerzas políticas que sumaron sus votos para obligar a Rajoy a aclarar en el hemiciclo las preguntas que quedaron en el aire tras su declaración como testigo el pasado 26 de julio en la Audiencia Nacional.

Fuentes del Gobierno intuyen que sus adversarios querrán aferrarse al principal factor de desgaste del PP, la corrupción, para ganar terreno. Y aunque reconocen que la estrategia del «acoso político» puede obstaculizar sus opciones de crecimiento electoral, entienden que la factura de los escándalos judicializados está pagada. Especialmente porque hace años que los populares arrastran el 'caso Gürtel'.

Ese fue el principal argumento esgrimido por el coordinador general del PP, que sitúa en un pasado lejano el origen de este caso. «Vamos a parecer extraterrestres, con la que está cayendo en España y vamos a hacer un pleno para hablar de lo que sucedió hace 20 años, es una absoluta locura», censuró Fernando Martínez-Maillo. «Esta semana he paseado por las playas y todo el mundo me decía que era urgente que viniera Rajoy», ironizó el portavoz popular, Rafael Hernando.

El paréntesis del PNV

Pero aun así, la votación de ayer evidenció que una oposición organizada puede poner en apuros al Gobierno, impedir su proyecto legislativo -poco abultado en esta legislatura-, rectificar antiguas reformas y establecer las pautas del debate político.

El Gobierno no contempla, en todo caso, que el desmarque el PNV sea un síntoma del final de la colaboración emprendida en materia presupuestaria. En la Moncloa y el PP creen que está a salvo la negociación de las cuentas del Estado para 2018. Esta impresión pareció reforzada por las palabras del portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Erkoreka, que garantizó el «empeño» en seguir buscando acuerdos «con independencia de las dinámicas parlamentarias que puedan producirse en este momento o en el futuro».

En el PP se habían mostrado prudentes en los últimos días sobre la posición del PNV y fuentes del partido entienden que los nacionalistas vascos, sin compromiso de legislatura, tengan que distanciarse del Gobierno en materia de corrupción.

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