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Aspecto de la manifestación celebrada ayer en Barcelona por la liberación de los 'jordis'. :: LLUIS GENé / afp
La manifestación de apoyo  a los 'jordis' clama por la unidad del independentismo

La manifestación de apoyo a los 'jordis' clama por la unidad del independentismo

El Gobierno catalán en pleno se suma a la marcha en Barcelona y exige la libertad de Cuixart y Sànchez

CRISTIAN REINO

Jueves, 1 de enero 1970

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barcelona. Unidad. La palabra fetiche del independentismo, que brilla por su ausencia, estuvo en el centro de las reivindicaciones de las manifestaciones que ayer se celebraron en diferentes puntos de Cataluña convocadas por la ANC y Ómnium para denunciar el primer aniversario del encarcelamiento de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, y exigir su puesta en libertad.

El propio Cuixart se hizo eco de la división en una entrevista concedida a TV-3, en la que pedía a las fuerzas soberanistas «generosidad» y que abandonen los «reproches». Un año después de que los 'jordis' entraran en prisión, fueron los primeros líderes del 'procés' encarcelados, el independentismo salió a la calle una vez más, esta vez en un clima enrarecido tras las últimas peleas en la Cámara catalana entre JxCat y Esquerra y que concluyeron con la pérdida de su mayoría absoluta.

La división estuvo presente en los discursos que pronunciaron en la plaza de Cataluña tras la marcha la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, y el vicepresidente de Omnium, Marcel Mauri. Hay que estar «unidos y movilizados», leyó Paluzie en una carta de Sànchez. «La unidad es difícil de construir y fácil de perder», dijo. «Olvidémonos de (Albert) Rivera, (Pablo) Casado y los amigos de VOX, ya sabemos que si por ellos fuera nos quemarían en las plazas del pueblo», decía la misiva del expresidente de la ANC. «Pase lo que pase, juntos y dignos hasta la libertad», terminó la carta.

Mauri insistió en la misma idea: «Frente a la represión, estrategia compartida». Es, subrayó, «una irresponsabilidad» que las fuerzas secesionistas no hayan sido capaces de pactar una estrategia y «cerrar la unidad». «Dejemos los reproches y la desavenencias. El momento es muy grave, estemos a la altura», remató.

'Botiflers'

Nunca el secesionismo ha estado tan desorientado. Los CDR han pedido la dimisión de Torra, la ANC le ha planteado un ultimátum y dirigentes de Esquerra, como Joan Tardà o Roger Torrent, se han convertido para los más irreductibles en 'botiflers', colaboracionistas, con el Estado por el mero hecho de aparcar la vía unilateral.

El independentismo, en cualquier caso, trató ayer de aparcar sus diferencias para cerrar filas con los 'jordis', convertidos por el imaginario soberanista en símbolos de la lucha de la Cataluña independentista contra el resto de España. «Un año de vergüenza, un año de dignidad. Nada nos parará», rezaba el lema de la protesta, a la que acudieron varios miles de personas, lejos de las grandes protestas de los últimos años.

El presidente de la Generalitat dio todo su apoyo a la movilización y a los 'jordis'. Horas antes del inicio de la concentración, visitó a Cuixart y Sànchez en prisión. Cataluña responderá «con toda la radicalidad democrática» si las sentencias del juicio no les absuelven, amenazó. «No aceptaremos ninguna sentencia, la única sentencia posible es la libre absolución», abundó.

Más tarde encabezó la protesta junto a todos los consejeros de su gobierno, los líderes de Esquerra, JxCat, PDeCAT, CUP, Catalunya en Comú y miembros del gobierno municipal de Ada Colau. Junto a los dirigentes, marcharon los familiares de los expresidentes de la ANC y Ómnium.

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