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Josep Borrell, en un momento de la entrevista a este periódico. :: Óscar chamorro
«La UE es lenta pero la alternativa sería la guerra»

«La UE es lenta pero la alternativa sería la guerra»

El ministro de Exteriores en funciones defiende que la Eurocámara debe tener más voz en política social y evita hablar de su futuro institucional Josep Borrell Candidato del PSOE al Parlamento Europeo

PAULA DE LAS HERAS

MADRID.

Miércoles, 15 de mayo 2019, 00:07

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Doce años después de haber sido presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell (Puebla de Segur, 1947) vuelve a la UE a petición de Pedro Sánchez.

-Se resistió a ser el candidato. ¿Considera un retroceso volver al Parlamento Europeo después de haber sido su presidente?

-Eso forma parte de las leyendas urbanas que circulan por los mentideros de la Villa. Estas elecciones son apasionantes desde el punto de vista intelectual y político. A Europa le han salido muchos enemigos y se enfrenta a unas elecciones existenciales. Según la fuerza que tengan los partidos euroescépticos quien va a dar marcha atrás no soy yo sino el proyecto europeo.

«La marcha del Reino Unido ofrece una oportunidad a España para ganar peso»

-Algunos le sitúan a usted como posible sustituto de Federica Mogherini, la Alta Representante de Política Exterior...

-Seguimos con las leyendas urbanas.

-Según las encuestas el grupo socialdemócrata será segunda fuerza y con los populares no alcanzarán la mayoría. Es difícil pensar que puedan optar a más de uno de los cuatro grandes puestos (presidente de la Comisión, presidente del Consejo, Alto Representante, Presidente de la Cámara). ¿No será para Hans Timmermans?

-Timmermans es el candidato socialista a la presidencia de la Comisión, en la lógica de que sean los grupos políticos quienes anticipen a quién presentar, como se hace en las elecciones nacionales. Pero esa idea algunos jefes de Estado la contestan. Macron, por ejemplo.

-Las elecciones europeas siempre se ven como algo lejano y estas coinciden con las municipales y autonómicas...

-Se ven lejos porque se comprende menos la transcendencia de lo que está en juego. Los ciudadanos cuando votan lo que tienen en mente es quién va a gobernar y aquí no se trata de eso. Pero muchas cosas determinantes se deciden en la UE. La política monetaria, los tipos de interés, los acuerdos comerciales, la lucha contra el cambio climático, las políticas migratorias, de seguridad y defensa... Decimos que las multinacionales tecnológicas tienen que pagar impuestos, pero quien tiene fuerza para conseguir que se sometan a un régimen fiscal más justo no es cada país. O lo hacemos todos juntos o no lo hacemos.

-Los partidos nacional populistas de los que hablaba rara vez articulan una respuesta conjunta en el Parlamento Europeo. ¿Cuál es el peligro?

-El peligro es que, según cuál sea su proporción, pueden bloquear el funcionamiento de la Unión.

-A su juicio, las políticas de austeridad de la UE han tenido mucho que ver en el auge de estas formaciones porque ha aumentado las desigualdades. Pero la Eurocámara puede decir poco, ¿no?

-No, aunque tendría que decir más. Nosotros pedimos un Parlamento que tenga más capacidades fiscales y que influya en la dimensión social de Europa, en manos de los Gobiernos nacionales. Sin políticas sociales comunes es difícil que los ciudadanos sientan que la UE es un elemento de protección en sus vidas.

-¿No es todo desesperadamente lento?

-Es lento porque tenemos reglas de decisión que en muchos casos exigen unanimidad. Pero la alternativa es la guerra. Y la guerra es mucho más cara y dolorosa. En Europa hemos sustituido el enfrentamiento físico por la discusión verbal y eso hay que valorarlo. Si hoy la guerra no puede volver a ocurrir es porque tenemos las instituciones que lo impiden.

-¿Es posible un punto de equilibrio en política migratoria entre países como España y los duros del 'grupo de Visegrado'?

-Es difícil imaginar que entre el blanco y el negro se pueda llegar a acuerdos. Habrá que hacerlo con un número más reducido de países, como hicimos con el euro y con Schengen.

-¿La marcha de Merkel y la debilidad de Macron pueden jugar a favor de un mayor peso de España en la UE?

-Alemania y Francia seguirán siendo una pareja de vital importancia para el funcionamiento de la UE con Merkel o sin Merkel, con Macron o sin Macron. Son cada vez más necesarios pero también cada vez menos suficientes. Lo que ofrece un oportunidad para España es la marcha del Reino Unido.

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