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CRISTIAN REINO
BARCELONA.
Miércoles, 12 de septiembre 2018, 00:05
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La fuerzas políticas de la Cataluña no independentista, las que no estuvieron en la manifestación de la ANC y Ómnium y que sumaron el 53% de los votos en las últimas elecciones, aunque están en minoría en la Cámara catalana, también celebraron ayer la Diada, aunque cada uno a su manera y por su cuenta.
Ciudadanos, que no acudió a ninguno de los actos institucionales, ni siquiera a la habitual ofrenda floral en la estatua a Rafael Casanova, organizó un mitin en Barcelona presidido por Albert Rivera e Inés Arrimadas, junto a diputados y concejales de la formación naranja en Cataluña. El partido naranja, que acusa al independentismo de excluir a más de la mitad de la sociedad de la fiesta catalana, reivindicó un 11-S de todos, no solo de una parte de los catalanes.
Bajo el lema 'El amor es más fuerte que el odio', celebró un acto sin apenas público, en el que la entrada a la plaza estaba muy vigilada por temor a que algún grupo contrario a Ciudadanos pudiera increpar a sus dirigentes o provocara incidentes, como ocurrió en la protesta contra la agresión a la mujer que retiraba lazos amarillos en Barcelona en agosto. En el acto, la formación naranja desplegó un enorme corazón con las tres banderas (Unión Europea, España y Cataluña) que conforma su imagen de marca, y Rivera y Arrimadas se comprometieron a que cuando gobiernen en la Generalitat celebrarán la «Diada autonómica» (que no nacional) de Cataluña. Torra «no es un aliado, sino un rival», avisó el presidente de Ciudadanos a Pedro Sánchez. «No se olviden de los millones de catalanes que no saldrán hoy a la calle», instó Arrimadas al Gobierno catalán.
El PSC, mientras, tuvo una doble presencia. Por un lado, acudió a la ofrenda floral en el monumento dedicado al 'conseller en cap' de Barcelona en 1714. Un clásico al que los socialistas no han faltado nunca. Pero a diferencia de años anteriores, los socialistas, con Miquel Iceta a la cabeza, se fueron de rositas y no tuvieron que escuchar las perlas habituales de 'fachas' y 'botiflers'. No es que los ánimos se hayan calmado en la sociedad catalana ni que los socialistas se hayan ganado el aprecio de los secesionistas, sino que el público apenas acudió a la ofrenda floral, que casi tenía más presencia de políticos y medios de comunicación que de público.
Iceta llamó a superar «divisiones» para así encontrar un camino que permita avanzar en el autogobierno y la mejora de la financiación, y reclamó que no se pongan «condiciones» que «impidan» el diálogo. Los socialistas, que el día anterior no participaron en los actos organizados por la Generalitat y el Parlamento en la plaza Sant Jaume al considerarlos «sectarios», acudieron a un acto organizado por el Centro Salvador Allende (CSA) y por el Comité Ciudadano por el Homenaje a Salvador Allende (CCHSA) donde coincidieron con otros partidos de izquierdas como Esquerra o los 'comunes'.
Catalunya en Comú sí participó en los actos institucionales, tanto los del lunes como los de ayer, pero no en la manifestación secesionista. Su líder, Ada Colau, lució un lazo amarillo durante la ofrenda floral a Casanova y denunció las «ausencias» de los líderes independentistas en prisión y advirtió de que «será imposible» recuperar la «normalidad» en Cataluña mientras se produzca esta situación.
El PP se ausentó de todos los actos y su presencia pública se redujo a una rueda de prensa de Xavier García Albiol, donde tildó a Torra de iluminado y cargó contra los secesionistas por convertir la Diada «en una fiesta exclusiva del separatismo».
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