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Imanol, el asesino de Elda: el maltratador que adoraba sus músculos

Imanol Serrano, un parado amante de los coches, vulneró la orden de alejamiento y de poseer armar dictada en 2016

J. A. M./J. B.

Viernes, 10 de noviembre 2017, 19:07

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Del calzado a los gimnasios pasando por los juzgados y calabozos. Imanol Castillo, de 31 años, vivía en Elda y actualmente se encontraba en paro tras haber trabajado un tiempo en el sector del calzado, el propio de esta zona de Alicante. Según describe en su perfil de Facebook, cursó estudios en el Instituto de Educación Secundaria La Torreta de Elche. Algunos vecinos de Elda, donde residía en la actualidad, destacaron que sufrió 'bullying' durante su infancia, si bien este punto no está corroborado por más fuentes.

Amaba el deporte y se declaraba fiel al Atlético de Madrid, pero su principal afición era el culturismo. Imanol pasaba largas horas en el gimnasio tratando de esculpir un cuerpo exageradamente musculado con el que luego llenaba sus perfiles en redes sociales. Son numerosas las fotos colgadas en los que luce masa y tatuaje ante el espejo, orgulloso, móvil en mano.

En sus comentarios en las redes también dejaba entrever el cariño que sentía hacía su hija mayor, de nueve años, fruto de una relación anterior a la de la víctima. «Cuando peor eh estado, con tu bondad y cariño me as aliviado y x eso eres tan especial.... Eres agradecida y bondadosa», escribía el año pasado con un lenguaje sembrado de faltas de ortografía.

Justo en enero del año pasado, cuando fue condenado por lesionar a su expareja, publicó algunos carteles con mensaje con alusión a su signo del horóscopo que hoy resultan llamativos. Suenan a autojustificación. «Aries, no eres vengativo, eres justiciero, que es una cosa muy distinta», reza uno de ellos. En otro se puede leer: «Aries actúa en el momento, no tartamudea si saldrá bien o mal ya se verá después. Lo importante es reaccionar a la situación».

Fue condenado por un delito de lesiones en el ámbito familiar. Según informa el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), se trató de un juicio de conformidad. Imanol reconoció los hechos y, tal como prevé la ley, se benefició de la reducción de un tercio en la pena solicitada por el fiscal por lo que fue condenado a cuarenta días de trabajos en beneficio de la comunidad. Se le impuso además la privación del derecho a la tenencia y porte de armas por dos años y la prohibición de acercarse durante ocho meses a su entonces pareja.

Pese a esta sentencia, Imanol logró hacerse con el arma -jamás dispuso de licencia- con la que acabó con la vida de su expareja y después se suicidó. La noche antes la había pasado en el calabozo. La Policía Nacional le había localizado en Elda incumpliendo la orden de alejamiento y fue detenido. A primera hora de la mañana del miércoles pasó a disposición judicial. El jueves tenía cita para un juicio rápido por amenazas. Jéssica había denunciando que había intentado comunicar telefónicamente con ella a través de terceras personas.

Con anterioridad al episodio, en septiembre de 2014, la víctima ya había interpuesto otra denuncia contra su entonces pareja. Ante el juez instructor se negó a declarar contra el presunto agresor. El caso, no obstante, llegó a juicio pero él fue absuelto por un juzgado de lo Penal de Alicante. Tres años y tres meses después Imanol acabó con la vida de Jéssica delante del hijo de ambos.

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