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Viernes, 9 de marzo 2018, 00:37
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Mujeres de todo el mundo protagonizaron ayer una de las mayores movilizaciones que se recuerdan desde hace cien años, cuando las sufragistas lideraron el movimiento que hizo posible el derecho al voto del colectivo femenino. Convocadas por organizaciones sociales, partidos y sindicatos de más de un centenar de países de los cinco continentes, las manifestantes se hicieron oír -incluso desoyendo amenazas y prohibiciones- para clamar en favor de la igualdad frente a los hombres. Cansadas del machismo que todavía impera y de las desigualdades, organizaron marchas, huelgas y diversos actos de protesta que hicieron del 8 de marzo una jornada histórica.
El Día Internacional de la Mujer fue una jornada más en la Bruselas belga, sin paros, sin huelgas, sin revindicaciones extraordinarias. Ayer, el foco europeo era España. De hecho, el informativo de la televisión pública francófona realizó varios directos con Madrid. No obstante, en la Bruselas de la UE, las instituciones lanzaron comunicados en favor de la igualdad y el Parlamento, siempre combativo, registró una movilización en contra del acoso sexual dentro de la institución.
A falta de huelgas y paros masivos, Francia celebró concentraciones urbanas a partir de las 15.40 horas, momento teórico de la jornada en el que las mujeres comienzan a trabajar gratis. El Parlamento galo suspendió sus sesiones a esa hora simbólica. El Gobierno de Emmanuel Macron anunció que desde 2022 las empresas con brecha injustificada serán sancionadas con hasta el 1% de su masa salarial. Paralelamente, la titular de Igualdad, Marlène Schiappa, interpretó 'Los monólogos de la vagina' con dos exministras en un teatro de París. El diario 'Libération' se vendió un 25% más caro a los hombres.
La equiparación salarial fue la mayor demanda femenina en Alemania con motivo del 8 de marzo, que se desarrolló como un día laboral cualquiera. Un estudio del instituto demoscópico Ipsos reveló que la igualdad en las retribuciones es para el 34% de las encuestadas el primer problema del colectivo femenino en el país germano, seguido del acoso sexual (22%), la violencia sexual (19%) y la armonía entre el trabajo y la familia (15%). Ante tan señalada fecha, la canciller federal, Angela Merkel, subrayó que «todavía queda mucho por hacer para que las mujeres tengan los mismos derechos y los hombres asuman nuevas tareas».
Miles de personas marcharon ayer por las calles del centro de Roma en la concentración convocada con motivo del 8 de marzo. La protesta pedía la igualdad salarial y el fin de la violencia machista. La jornada de reivindicaciones feministas estuvo marcada por los paros en el transporte público, la sanidad y el sector educativo. Hubo cientos de vuelos cancelados o retrasados y en Roma los autobuses y el metro circularon con menor frecuencia. También se notaron las protestas en Milán, Nápoles, Palermo y otras ciudades italianas.
La huelga de cinco millones de españolas era destacada por medios británicos. En Reino Unido, una huelga de limpiadoras por su salario, otra de profesores universitarios por sus pensiones. Hubo un minuto de ruido en Soho, en recuerdo de una Laura Lee, 'trabajadora del sexo' irlandesa, que ha muerto antes del juicio sobre la ley que hace ilegal pagar por sexo en Irlanda del Norte. El Gabinete de Dublín aprobó la pregunta del referéndum de mayo sobre el aborto.
En Rusia, el Día de la Mujer es festivo oficialmente desde 1965 y, con este motivo, el presidente, Vladímir Putin, envió un mensaje televisado de felicitación a todas las féminas del país. Pero no hubo huelga, manifestaciones ni actos reivindicativos. Solamente algún piquete de protesta aislado como el organizado frente al edificio del Parlamento para denunciar los casos de acoso sexual protagonizados por un diputado. Allí acudió para mostrar su solidaridad la única mujer candidata a las presidenciales del 18 de marzo, Ksenia Sobchak.
En las calles de Gaza, miles de mujeres protagonizaron una larga marcha que acabó a las puertas de la oficina principal de Naciones Unidas en la Franja. El 8 de marzo en los territorios palestinos tuvo como protagonistas a las 62 mujeres que permanecen en prisiones de Israel, entre ellas seis menores de edad, según los datos de la Asociación Palestina de Presos. La última de las detenidas es Ahed Tamimi, que acaba de cumplir 17 años entre rejas y se ha convertido en todo un símbolo de la lucha contra la ocupación tras la difusión del vídeo en el que daba una bofetada a un soldado. Le detuvieron en diciembre y se enfrenta a una pena de hasta diez años.
En la cuna del capitalismo manda el capital. La huelga, o cualquier intento de rebelarse contra las estructuras económicas, no existe. Las empresas de Estados Unidos se apresuraron a absorber el movimiento. Si no puedes con tu enemigo, súmate a él. Llenaron las redes de adulación y hasta McDonald's le dio la vuelta a su símbolo para convertirlo en una 'W' de Women, pero lo que realmente abría las informaciones de este Día Internacional de la Mujer en el país en el que lo inspiró era la huelga española. «Ay, ya me gustaría estar allí, viendo cómo paran los trenes», suspiraba Tithi Bhattacharya, una de las organizadoras de la huelga femenina en EE UU. La energía se desbordó por las calles después del trabajo, desfilando en Nueva York desde el mítico Washington Square hasta la plaza Zuccotti de Occupy Wall Street.
Cuba, como el año pasado, no se sumó a la convocatoria del Paro Internacional de Mujeres (PIM) pero en todos sus municipios hubo reuniones para convocar en 2019 al décimo congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) e insistir en la importancia de las elecciones parlamentarias y del poder municipal provincial de este domingo, en las que las mujeres constituyen el 53,22% de las candidaturas. En áreas céntricas de la isla se abrieron puestos de venta de alimentos, dulces y otros artículos. Y en las empresas, donde se trabajó con normalidad, se celebró el día con pasteles, tartas y regalos de flores de los hombres a las féminas.
Las venezolanas chavistas se sumaron al clamor «¡Si nosotras paramos, se para el mundo!». En un comunicado explicaron que tienen una diversidad de agendas «pero hemos decidido poner el énfasis este año en la defensa de la revolución frente al avance del neoliberalismo imperialista en la región; la denuncia por la sobrecarga de trabajo no reconocido para nuestras mujeres; y la exigencia de mayores garantías para nuestras vidas y nuestra salud». Las opositoras, por su parte, siguen pidiendo libertad al Gobierno y verse libres de Nicolás Maduro.
Una multitudinaria y colorida manifestación coronó ayer en Buenos Aires el segundo paro internacional de mujeres de Argentina para exigir la despenalización del aborto, la igualdad salarial y el fin de la violencia de género, entre otras reivindicaciones. La marcha se inició en la emblemática plaza de Mayo, el paseo situado frente a la Casa Rosada, y transitó por las calles del centro de la ciudad hasta la plaza ubicada frente al edificio del Congreso Nacional. El paro de este año -que buscó visibilizar la sobrecarga del colectivo femenino- coincidió con un momento de gran protagonismo para el movimiento, que consiguió que esta misma semana ingrese al Congreso un resistido proyecto de ley para que el aborto sea legal, seguro y gratuito, una conquista que reclamaban desde hace muchos años. El presidente, Mauricio Macri, se comprometió a no impedir el debate legislativo que se dará en las próximas semanas.
Unas 2.000 manifestantes indias formaron una cadena humana en el centro de la ciudad de Nueva Delhi, convocadas por el movimiento 'Rape Roko' (Stop Violaciones) para demandar igualdad de derechos y el fin de las agresiones sexuales, una lacra muchas veces silenciada en el país por razones culturales o de estigma social. Mujeres de diferentes edades y condición social gritaron consignas y exhibieron mensajes en los que se podía leer: «Mi cuerpo no es un espacio público» o «No me digas como vestir, enséñales a ellos a no violar».
Ni huelga, ni reivindicaciones. Las redes sociales chinas se llenaron ayer de fotografías que evidenciaban la carencia de un movimiento feminista fuerte en el país: los hombres enviaron flores al estilo de San Valentín y algunos negocios ofrecieron descuentos para ellas. Es una ocasión más para hacer negocio en un territorio que castiga con la cárcel cualquier disidencia. De hecho, allí acabaron hace un par de años las jóvenes que exigían combatir el abuso sexual en el transporte. Así que las pocas chinas que exigieron una sociedad más igualitaria tuvieron que hacerlo en redes occidentales como Twitter, que está bloqueada en el gigante asiático.
Esta información ha sido elaborada por Adolfo Lorente (Bruselas), Fernando Iturribarría (París), Juan Carlos Barrena (Berlín), Darío Menor (Roma), Iñigo Gurruchaga (Londres), Rafael M. Mañueco (Moscú), Mikel Ayestaran (Jerusalén), Mercedes Gallego (Nueva York), Milagros López de Guereño (La Habana), Marcela Valente (Buenos Aires) y Zigor Aldama (Shanghái).
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