El Gobierno reconoce la transmisión del coronavirus por aerosoles: ¿cómo evitarla?
Un informe recomienda ajustarse las mascarillas, no hablar en el transporte público y mantener abiertas puertas y ventanas siempre que sea posible
Un informe encargado por el Ministerio de Ciencia a investigadores españoles ha concluido que existe una evidencia significativa sobre la transmisión del coronavirus por vía ... aérea. Estos científicos recuerdan que emitimos abundantes partículas que suelen conocerse como gotículas y aerosoles cuando respiramos, hablamos, tosemos y estornudamos. Pero las gotículas y los aerosoles tienen comportamientos distintos. La principal diferencia reside en su tamaño: los aerosoles son más pequeños y pueden quedar suspendidos en el aire, mientras que las gotículas, al ser más pesadas, caen al suelo o las superficies. Durante el primer estallido de casos de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó del riesgo de contagio por gotículas (de ahí la práctica extendida de desinfectar cualquier objeto y superficie) pero no advirtió de que había otra forma de transmisión posible: los aerosoles. Y las evidencias ahora reconocidas de que son la vía de contagio dominante cambian algunas cosas.
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Para empezar, ya no basta con guardar la distancia de seguridad. En caso de compartir aire con otras personas en lugares interiores, los investigadores insisten en que la mascarilla debe ser obligatoria. La fórmula ideal para frenar el avance del virus, explican, pasa por evitar los espacios cerrados, usar la mascarilla (pero no de cualquier manera: hay que ajustársela bien a la cara) y mantener al menos dos metros de distancia. El riesgo de infección en interiores «es unas veinte veces mayor» que al aire libre. La OMS ya informó en febrero de que entre el 78 y el 85 por ciento de contagios de más de 1.300 brotes detectados en China se produjeron «en ambientes familiares o de amistades», con el agravante de que los ambientes interiores con exposiciones prolongadas «son los que más facilitan la transmisión».
Hay consenso entre la comunidad científica respecto a que el SARS-CoV-2 es un virus de transmisión sobre todo respiratoria, contagio dominado por la suma de gotículas y aerosoles. El debate surge por el predominio de una vía u otra. Los investigadores consultados por el Gobierno de España recuerdan que las agencias de salud pública de Estados Unidos, Alemania y Reino Unido ya señalan la inhalación de aerosoles como una de las principales vías de infección, especialmente peligrosa porque, al tratarse de partículas minúsculas, penetran con mayor profundidad en los pulmones.
La ventilación resulta fundamental para evitar contagios. En espacios cerrados, detallan los investigadores, «se observa un aumento de la probabilidad de infección de Covid-19 cuando tienen poca ventilación». Otras enfermedades de transmisión aérea como la tuberculosis también muestran una gran reducción de contagio con una buena ventilación. Alemania, uno de los países europeos que mejor ha controlado la pandemia, ya ha incluido entre sus recomendaciones la ventilación frecuente, una de las formas más económicas y eficaces de frenar el avance del virus. La canciller Angela Merkel, que da por segura la transmisión aérea, añadió hace semanas al acrónimo AHA (iniciales en alemán de las palabras distancia, higiene y mascarillas) dos nuevas letras: C, en referencia a la aplicación que detecta contactos con contagiados, y L, por 'lüften': ventilación.
Los profesionales que se resisten a reconocer la transmisión del coronavirus por aerosoles alegan que el alcance de la enfermedad sería más amplio de lo que ya es y defienden que se observarían casos de infección a mayores distancias. Los científicos españoles que firman el informe (Antonio Alcamí, Margarita del Val, Miguel Hernán, Pello Latassa, José Luis Jiménez, Xavier Querol, Ana Robustillo, Gloria Sánchez y Alfonso Valencia) desmontan este argumento asegurando que no todas las personas infectadas emiten aerosoles con la misma intensidad. Los pacientes muy enfermos, de hecho, suelen ser muy poco contagiosos. Está demostrado además que algunas personas emiten diez veces más aerosoles que otras al hablar, en función de su vocalización.
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Entonces, ¿qué podemos hacer para reducir el riesgo de transmisión por aerosoles y frenar el avance de la pandemia? El informe incluye algunas medidas que los expertos consideran más eficaces:
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1
Informar a la población
Los investigadores solicitan al Gobierno que explique a la población la importancia de la transmisión del coronavirus por aerosoles, que se mueven por el aire como el humo de un cigarrillo, y ponen de ejemplo al virólogo alemán Christian Drosten, asesor de Merkel. «La transmisión por aerosoles juega un papel importante. Tenemos que hablar con la gente», explicó Drosten: «Todo el mundo tiene que saber los principios básicos de la transmisión del virus. No es suficiente imponer medidas que la gente no entiende. La cooperación de la población es una de las acciones más importantes».
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Mascarillas ajustadas
El símil del humo, considera el grupo investigador, ayudará a entender la importancia de ajustarse la mascarilla. Hay que evitar la inhalación de aerosoles como se evitaría inhalar el humo de un cigarrillo que alguien está fumando en la misma habitación. Por eso es importante ajustarse bien la mascarilla, cuya función no es servir como parapeto contra proyectiles sino evitar la entrada en nuestros pulmones de aerosoles, que pueden colarse por las aberturas entre cara y mascarilla. Los científicos también piden un esfuerzo al Gobierno para incrementar la calidad de las mascarillas.
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3
No basta con la distancia
Las gotículas caen al suelo o se depositan en superficies al tener mayor tamaño que los aerosoles. Para evitar la transmisión del virus a través de estas gotículas podría bastar con mantener la distancia de seguridad. Pero en el caso de los aerosoles, más pequeños y suspendidos en el aire, por lo que van moviéndose, esto no es suficiente. Por eso los científicos encargados del informe insisten en la importancia de mantener el uso de mascarillas en interiores incluso cuando se respete la distancia de entre un metro y medio y dos metros con otras personas. Esta medida es especialmente recomendable en los lugares de trabajo.
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Higiene y exteriores
Incluso si la vía dominante de transmisión son los aerosoles, el virus también puede contagiarse por gotículas, de modo que hay que continuar con la higiene de manos. El contagio por superficies, aunque minoritario, está aceptado por la mayoría de la comunidad científica. Los investigadores también recomiendan trasladar todas las actividades posibles a exteriores, aunque recordando a la población que hay bastantes casos de infección documentados al aire libre si no se respeta la distancia ni se usa la mascarilla. Los científicos instan a las autoridades a mantener abiertos los parques y otros espacios exteriores salvo confinamiento total: «Es mucho más baja la probabilidad de contagio en exteriores que en interiores».
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Ventilación y filtración
La ventilación y filtración de espacios interiores reducirá el riesgo de infección. Por eso hay que conseguir una ventilación natural adecuada, abriendo puertas y ventanas. Si esto no es posible, se recomienda evitar recircular el aire en sistemas centralizados de circulación. Lo ideal es sustituir la mayor parte de aire recirculado posible por aire exterior. Cuando esto tampoco es posible, pueden servir los purificadores de aire equipados con filtros HEPA, certificación que garantiza una alta retención de aerosoles de todos los tamaños. Puede controlarse cuánto de cargado está el aire con medidores de dióxido de carbono que tienen un coste medio de unos 150 euros. Los investigadores recomiendan que se faciliten estos aparatos en centros educativos y empresas.
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No hablar en el transporte público
El documento recomienda no hablar, y sobre todo no gritar ni cantar, en el transporte público, como ya se hace en Japón: son actos que disparan el número de aerosoles emitidos. El transporte público debe además ser desinfectado de forma efectiva y regular y mejorar sus sistemas de filtrado. Siempre que sea posible, como en los autobuses y taxis, se priorizará la ventilación natural dejando entrar aire exterior.
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