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Jordi Munell i García, alcalde de Ripoll. :: marcel.li sàenz
«El duelo seguirá hasta saber cómo el diablo del imán se instaló aquí»

«El duelo seguirá hasta saber cómo el diablo del imán se instaló aquí»

El primer edil sostiene que «aparentemente los terroristas eran unos chavales perfectamente integrados en el pueblo» Jordi Munell i García Alcalde de Ripoll

M. SÁIZ-PARDO

RIPOLL.

Miércoles, 15 de agosto 2018, 00:27

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Jordi Munell i García (Ripoll, 1965) tiene una obsesión que se llama Abdelbaki Es Satty, el imán que convirtió a ocho jóvenes marroquíes de su pueblo «perfectamente integrados» en los terroristas de Las Ramblas y Cambrils.

El alcalde 'convergente' de Ripoll afirma que no parará hasta saber toda la verdad sobre ese «diablo», porque su pueblo no superará el duelo hasta conocer todo sobre el imán que llevó hace un año el nombre de esta pequeña población gerundense a las portadas de todo el planeta como nido de la yihad.

-¿Cómo vivió Ripoll los ataques del 17-A al conocer que los terroristas eran vecinos del pueblo?

-Fue un shock. Una mezcla de sensaciones muy diversas. Pasamos primero de la incredulidad, la sorpresa y el estupor a la indignación y a la rabia. Fue una verdadera sorpresa saber que los autores de aquella barbaridad eran chicos de nuestro propio pueblo. Nadie podía ni siquiera imaginarlo.

-¿Los terroristas nunca dieron señales de su radicalismo en el pueblo?

-Nunca. Y eso que eran muy conocidos. Ripoll es un pueblo pequeño. Eran conocidos en diversos entornos porque había algunos que trabajaban en empresas de aquí y casi todos habían participado en actividades del pueblo. Habían estudiado aquí, habían hecho escalada con los vecinos, jugado al fútbol, iban a la biblioteca, estuvieron inscritos a la Casa de Oficios... Aparentemente los terroristas eran unos chavales perfectamente integrados en Ripoll.

-¿Se ha estigmatizado a la población musulmana del pueblo?

-Era un riesgo que se corría, pero yo creo que no. La convivencia no ha cambiado. A los pocos días de los atentados fue el inicio de la escuela y aquello fue la prueba de fuego. Había centros con familiares directos de los terroristas y las clases se desarrollaron con total normalidad. La gente supo distinguir entre los terroristas y sus familiares. La sociedad de Ripoll fue muy madura. No hubo brotes de xenofobia. Los primeros días hubo un par de pintadas pero de gente de fuera del pueblo, de grupos ultras venidos de fuera. Yo, desde el principio, pedí que no se señalara a nadie por su credo, porque eso es precisamente lo que busca el Estado Islámico y sería darles la razón a los terroristas que pretenden, con esta mal llamada guerra santa, crear núcleos de marginalidad en Occidente. Porque dentro de esta marginalidad es donde pueden buscar adeptos.

-Pero los terroristas no eran jóvenes marginales de Ripoll. ¿Qué cree que ocurrió entonces?

-Fue un proceso de sectarización. Hubo un elemento clave, sin duda, que fue el imán, que fue capaz de captar a unos individuos con alguna falta de sentimiento de pertenencia o en su psique. Hemos visto incluso en Hollywood como gente con dinero y famosa también cae en las garras de las sectas. Creo de verdad que la clave fue la capacidad de absorción psicológica del imán. Abdelbaki Es Satty captó primero a los cuatro chicos mayores, que a la vez arrastraron a los cuatro hermanos menores. Es un caso, por lo que sé, sobre todo que rompe moldes. El caso de Ripoll quizás sea motivo de estudio.

En el centro de la diana

-¿Por qué cree que el caso de Ripoll es tan singular?

-Porque los terroristas estaban plenamente integrados en la vida del pueblo. En Ripoll no tenemos barrios marginales ni siquiera pequeños núcleos. Es increíble que trabajadores y estudiantes cayeran en esta trama. Y todo por el imán.

-Insiste usted en la figura de Es Satty.

-Es que es el centro de todo. No superaremos el duelo hasta saber cómo el diablo del imán pudo instalarse en nuestro pueblo sin que nadie nos lo advirtiera. Insisto, Ripoll no podrá completar el duelo sin tener toda la información de que lo que pasó aquí. Y lo que pasó aquí fue culpa del imán. Hemos pedido ser parte en el sumario, petición que se nos ha negado, para poder trasladar a nuestros vecinos esa información sobre Es Satty. Necesitamos saber por qué ese figura diabólica estaba en el pueblo; por qué los cuerpos locales y catalanes desconocíamos su pasado delictivo y sus vínculos con el 11-M; cómo fue su vinculación con el CNI; sus viajes a Marruecos y Bélgica con total impunidad, sus contactos con la Policía Nacional y la Guardia Civil... Necesitamos saber por qué nadie nos avisó de la presencia de Es Satty, poniendo a Ripoll en el centro de la diana.

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