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«La devuelvo en dos minutos»

José Javier descerrajó once disparos a su esposa Patricia, candidata del PP en un pueblo de Teruel, tras maquinar dos meses el crimen

MATEO BALÍN

Sábado, 19 de enero 2019, 00:01

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madrid. «La devuelvo en dos minutos». Estas fueron las últimas palabras que le dijo el 22 de mayo de 2003 José Javier Salvador Calvo a los compañeros de partido de su mujer, Patricia Maurel Conte, candidata por el PP en la Puebla de Híjar (Teruel). Lo hizo tras parar en un bar del pueblo, El Brillante, y tocar el claxon para captar su atención. Maurel subió a la furgoneta familiar, una Citröen C-15, y fueron a un paraje agrícola a 900 metros de la población del Bajo Aragón. Allí, tras mantener una «fuerte discusión», José Javier sacó la escopeta y le descerrajó a sangre fría once disparos a Patricia, nueve de los cuales impactaron en su cuerpo, cuatro de ellos en la cabeza.

Salvador Calvo, de 34 años entonces y padre de los tres hijos menores de Patricia, llevaba dos meses maquinando el crimen. Había comprado el 7 de abril una carabina semiautomática calibre 22 en una armería de Quinto de Ebro (Zaragoza), para la que le dieron la licencia el 13 de mayo siguiente en la Guardia Civil. Nueve días después, la mañana del asesinato, se acercó a casa de sus suegros y en el portal comentó a una prima de su esposa y a la novia de su cuñado que estaba recibiendo mensajes de voz y escritos en su móvil sobre la presunta infidelidad de Patricia.

Esa misma tarde, según la sentencia que le condenó a 18 años de prisión en 2005, el mensaje que le llegó de una tercera persona desconocida decía que era un «cornudo» y que se lo estaba haciendo con su mujer y que se lo haría «cuantas veces quiera».

Relación virtual

Patricia mantenía desde hacía unos ocho meses relaciones virtuales con un joven sudamericano con el que tenía una gran confianza, llegándose a decir intimidades entre ellos, incluso de tipo sexual. No pudo ser identificado por los investigadores, pero sí se dio por sentado que ésta le había prestado dinero.

Tras ello, sobre las 20:30 horas del 22 de mayo, el condenado asesinó a su mujer. Un crimen que dos años después se tradujo en una condena de 18 años de prisión e indemnizaciones de 120.000 euros para sus tres hijos de tres, seis y ocho años, respectivamente. Un proceso judicial visto por un jurado popular, que declaró culpable a Salvador Calvo, y cuya sentencia fue confirmada en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón. Su abogada fue Rebeca Santamalia, cuyo cadáver fue encontrado ayer en un piso propiedad de Salvador en Teruel. Recurrió la sentencia alegando que se había vulnerado su presunción de inocencia y que en todo caso tenía que ser condenado por homicidio y no asesinato.

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