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R. C.
Sábado, 10 de noviembre 2018, 00:16
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madrid. Aquella tarde de junio de 2016 los servicios de emergencia de Madrid fueron alertados por un incendio en una vivienda en el barrio de Usera, al sur de la capital. Pero lo que se encontraron, una vez extinguidas las llamas, fueron tres cadáveres -dos mujeres y un hombre- con heridas de extrema violencia. Una -la secretaria- había sido degollada, otra -una abogada- presentaba un fuerte golpe en la cabeza y el hombre -un taxista que subió al despacho en busca de un documento- había recibido un hachazo. Desde un primer momento se barajó como hipótesis del triple asesinato el ajuste de cuentas, dado que el dueño del bufete, Víctor Joel S. C., que probablemente salvó la vida al no encontrarse aquella tarde en el despacho, es un abogado peruano que fue fiscal en su país, donde llevó causas de secuestros o tráficos de drogas.
Ahora, más de dos años después, la Policía venezolana ha detenido -el 3 de octubre- en Ciudad Guayana a Dahud Hanid-Ortiz, un exmilitar estadounidense de 50 años, con orden en vigor de búsqueda y captura por Interpol por el triple asesinato de Usera. Fue el primer y único sospechoso, pese a que presentó como coartada que se encontraba en su casa de Wurzburgo, en Alemania, donde fijó su residencia tras ser expulsado del ejército. Huyó poco antes de ser detenido. Y nada se sabía de él hasta ahora.
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