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Santiago Abascal, presidente de Vox. Alberto Ferreras
El desplome de Ciudadanos favorece el crecimiento de Vox en las encuestas

El desplome de Ciudadanos favorece el crecimiento de Vox en las encuestas

Abascal se ve beneficiado también por el aumento de la abstención y podría pelear por la tercera posición el 10-N

Nuria Vega

Madrid

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Domingo, 20 de octubre 2019, 18:47

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Cuando Vox volvió al Palacio de Vistalegre el 6 de octubre para una nueva exhibición de músculo, comenzaba ya a subir en las encuestas. Los pronósticos electorales habían situado semanas antes al partido de Santiago Abascal con dificultades para mantener los 24 diputados que obtuvo el 28-A. «Lo veíamos -recuerda el politólogo Pablo Simón- como el eslabón más débil». La tendencia al alza, sin embargo, parece ahora haberse consolidado y en algunos sondeos la extrema derecha aparece como tercera fuerza.

¿Qué ha ocurrido para el cambio de expectativas? Los expertos coinciden en que la «desbandada» de Ciudadanos y el descenso en la participación benefician a Vox. Este segundo elemento es clave. La fortaleza de los de Abascal es, precisamente, la alta fidelidad y la movilización de su electorado. Y eso, en un contexto de hartazgo en el que, previsiblemente, crecerá la abstención, beneficia a este partido, que mejoraría en porcentaje de voto sin apenas necesidad de sumar papeletas.

Así lo entiende Narciso Michavila, presidente de Gad3, que la encuesta publicada este domingo en ABC señala que Vox podría llegar a los 33 diputados. Es el mismo sondeo, Ciudadanos, que ahora cuenta con 57 representantes, cae hasta los 18. La debilidad de los liberales podría, a su juicio, favorecer que en las circunscripciones en las que el partido de Abascal se quedó a pocas papeletas de conseguir escaño por el reparto de la Ley D'Hont, ahora pueda lograrlo.

Pero, además, Belén Barreiro, expresidenta del CIS y fundadora de 40dB ddtecta un trasvase de votos de Ciudadanos a Vox, que si bien no es muy cuantioso, sí lo considera «relevante». En septiembre, según su estudio, un 6% del electorado que el 28-A respaldó a Albert Rivera había comenzado a transitar el «puente» hacia el partido de Abascal. Ese votante, explica, no tiene por qué simpatizar necesariamente con la extrema derecha. Podría estar poniendo más en valor el discurso territorial.

Porque el desafío secesionista vuelve a condicionar la campaña. Ahora bien, para determinar de qué manera lo hace y quién rentabiliza la crisis, se necesita perspectiva. Barreiro se aferra a sus datos y «no desliga» la subida del partido de Abascal en esta última etapa de la sentencia del Tribunal Supremo a los dirigentes independentistas. Pero puntualiza que habrá que ver cómo evolucionan los acontecimientos en Cataluña. «Porque Vox podría salir beneficiado o no», advierte Simón.

En este sentido, Michavila asegura haber percibido «cambios abruptos» en el electorado esta semana. Pero la intensidad de los disturbios en Cataluña le sugiere un reforzamiento de los dos partidos tradicionales. Quizá la necesidad de Pedro Sánchez de medir la respuesta le sitúa en una posición menos ventajosa. De hecho, el día después de los primeros altercados, cuando convocó la ronda en la Moncloa, no fue una buena jornada para el PSOE.

El PP deja el flanco derecho

La formación que sigue en ascenso -«va como un tiro», analiza Michavila- es el PP. Dadas las imágenes de los altercados, ni tan siquiera haber recuperado la demanda de aplicar el 155 ha alterado la percepción de que los populares están en una nueva posición centrada, interpreta Simón.

Parten de su peor resultado, 66 escaños, y ahora rondan o superan los cien en las encuestas. No hay discrepancia en que el giro estratégico, con ayuda de las circunstancias, le funciona a Pablo Casado. Barreiro cree que el discurso de «partido seguro» le hace «ganar por el centro más de lo que puede perder en el extremo derecho».

Así lo han entendido también en la dirección del PP, donde ya no se pelea en el flanco de Vox. Fuentes conservadoras dan por sentado que la formación de Abascal «ha venido para quedarse» y, es más, sostienen que su sola existencia «les centra». Incluso podría ayudar en una hipotética investidura de la derecha. «Casado -coincide Simón con Barreiro- no entendió el 28-A que tenía que ir a por el voto de Ciudadanos. Vox sólo le puede hacer presidente a él».

Más recursos para la imagen

Tras haber exprimido los recursos de las redes sociales, Vox cuenta ahora con más plataformas para darse a conocer que en la anterior campaña. Santiago Abascal, que quedó excluido de los debates del 28-A por no contar con representación parlamentaria, podrá estar el 4 de noviembre con los líderes de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos en la cita de la Academia de la Televisión tras lograr más de 2.600.000 votos en abril.

Los sociólogos creen que, además, su aparición en el programa El Hormiguero contribuyó el 10 de octubre a suavizar su imagen. Michavila apunta que, como a Pablo Iglesias en su día, le viene «muy bien» no infundir miedo.

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