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De descargar la responsabilidad en Italia a acudir al rescate

El Ejecutivo español se ha visto atrapado entre la negativa de Salvini al desembarco y la determinación de la ONG a conseguirlo

M. E. A. / A. A.

Miércoles, 21 de agosto 2019, 00:05

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MADRID. De resistirse a acoger a los náufragos del Open Arms a enviar a la Armada para su rescate. El Gobierno de Pedro Sánchez ha dado un giro radical en su política respecto al barco humanitario que rescató hace veinte días a 151 migrantes, provenientes de Libia, cuando naufragaban en alta mar. «Ante la emergencia humanitaria, nadie debe mirar para otro lado», remarcó ayer la ministra de Defensa, Margarita Robles.

El Ejecutivo socialista defendió en un principio que los rescatados debían desembarcar en Italia, el puerto más cercano del lugar donde se produjo el rescate. Es lo que ordena la ley del mar. El problema es que se ha encontrado en frente al ministro italiano Matteo Salvini, quien ha dejado claro que si tiene que ir a la cárcel por impedir el desembarco del Open Arms lo hará con la cabeza bien alta.

Madrid descargó durante los primeros días toda la responsabilidad de la situación en Roma. El Ejecutivo socialista evitó acudir de inicio a las autoridades europeas, tal y como se le solicitó desde la ONG española. Y según desveló el director de la organización humanitaria, Òscar Camps, Pedro Sánchez rechazó por tres veces reunirse con él para buscar una solución a la crisis. Se realizaba un trabajo discreto, según se señaló desde el Ejecutivo. Uno de los primeros avances fue lograr por mediación de Bruselas que seis países del club comunitario se hicieran cargo de los migrantes, pero para eso necesitaban desembarcar. Y Salvini no ha admitido siquiera que los rescatados pongan un pie en Italia, aunque fuera para ser trasladados acto seguido a otros estados. El nerviosismo en el Gobierno fue en aumento según se acentuó la tensión a bordo del Open Arms y arreciaban las críticas políticas, tanto desde la izquierda por no acoger a los migrantes como desde la derecha por fomentar el efecto llamada. El domingo Sánchez ofreció primero el puerto de Algeciras y después los de Baleares, pero la ONG se negado a navegar hasta allí. «No podemos llevar nuestros puertos a Italia», se quejó Carmen Calvo el lunes.

Finalmente, España optó por enviar un buque de la armada para recoger a los migrantes. Era la única salida para salir de una crisis en la que se ha encontrado entre la espada y la pared. Por un lado la determinación de Salvini a impedir el desembarco en Lampedusa y por otro la de la ONG para lograrlo.

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