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Arrimadas atiende a los medios de comunicación tras votar en Barcelona el pasado jueves. :: LLUIS GENE / afp
El PP carga contra Ciudadanos por no intentar formar gobierno en Cataluña

El PP carga contra Ciudadanos por no intentar formar gobierno en Cataluña

Los populares, achicarrados el 21-D, intentan erosionar la imagen de su competidor electoral como partido capaz de gestionar

PAULA DE LAS HERAS

MADRID.

Miércoles, 27 de diciembre 2017, 00:14

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El PP inició ayer mismo la maniobra de desgaste de Ciudadanos. El temor a que el partido de Albert Rivera emerja como alternativa real de Gobierno a apenas año y medio de las elecciones autonómicas y municipales de 2018 es palpable en la formación que preside Mariano Rajoy. Ahora, han decidido intentar taponar su crecimiento colocándole el sambenito de la inexperiencia en la gestión y la ambigüedad a la hora de hacer efectivas sus propuestas. «Alergia a gobernar y decidir, se llama», dijo el coordinador general de los populares, Fernando Martínez-Maillo.

El dirigente conservador cargó, de hecho, contra Inés Arrimadas por su decisión de no hacer ningún movimiento para intentar formar gobierno en Cataluña tras las elecciones del 21 de diciembre, en las que las fuerzas independentistas obtuvieron mayoría absoluta. En sendas entrevistas en la cadena Ser y en RNE, reclamó a la líder de Ciudadanos que «haga su trabajo» y argumentó que quedarse quieta a la espera de que Junts per Cataluña y Esquerra se pongan de acuerdo es un «error».

También el portavoz del grupo parlamentario popular, Rafael Hernando, machacó la misma idea durante una comparecencia en el Congreso. «Cuando uno gana unas elecciones tiene una responsabilidad, que es formar gobierno», llegó a decir. «Inés Arrimadas tiene que reivindicar su victoria y las consecuencias de la misma; eso es lo que yo haría», insistió.

El reproche del PP a Ciudadanos choca con la actuación de su propio jefe de filas no hace siquiera dos años. En enero de 2016, pasadas las generales que alumbraron el Parlamento más fragmentado del periodo democrático, Mariano Rajoy se convirtió en el primer candidato en rechazar una propuesta del Rey para someter su programa de gobierno a la confianza de la Cámara. Los populares alegan que la situación no es comparable porque Rajoy sí intentó negociar la investidura y se encontró con un portazo del PSOE y de fuerzas como el PNV.

«Yo no digo que la señora Arrimadas tenga que presentarse, pero tiene que intentar ser consecuente con una cosa que es evidente: que ha ganado las elecciones», reiteró Hernando. Los populares admiten que las posibilidades de que la joven dirigente ocupe el Palau de la Generalitat son remotas pero sostienen que no dar un paso es lanzar a quienes no quieren la independencia un mensaje demoledor. «Es decirles que todo ha sido para nada», argumentan.

Esa sensación de frustración es la que más teme el PP porque sabe que, como partido de Gobierno que es, buena parte de sus votantes le harán responsable de no haber sido capaz de cumplir con las expectativas creadas. Ya lo hizo el sábado el expresidente José María Aznar, a través de un comunicado de Faes. Tanto se dijo que en Cataluña existía una «mayoría silenciosa» capaz de dar la vuelta a la situación y resulta que con una participación histórica, propia de países en los que el voto es obligatorio, todo sigue prácticamente igual, solo que con el PP casi barrido del mapa.

Explotar contradicciones

En realidad, sí hay algo que ha cambiado. Por primera vez una fuerza no nacionalista ha ganado unas autonómicas catalanas tanto en votos como en escaños. Es un hito. El PSC no lo consiguió ni tan siquiera en sus mejores tiempos, cuando estaba liderado por Pasqual Maragall. El PP acusa a Ciudadanos de no estar sacando partido a ese hecho en beneficio de todos los constitucionalistas, de no hacer movimientos que evidencien las contradicciones internas del independentismo. «Ellos ni siquiera tienen candidato», dicen.

En Ciudadanos, sin embargo, hacen oídos sordos a las presiones. El secretario general, José Manuel Villegas, reiteró ayer que su intención es mantenerse a la «expectativa» y ver si ERC y Junts per Catalunya llegan a un acuerdo. «A lo mejor Maillo no ha sumado bien», añadió con ironía el portavoz del partido en el Congreso, Miguel Gutiérrez. «Cuando el PP tenía 11 diputados no quiso apoyar una moción de censura contra Carles Puigdemont porque decía que no sumaba, quizá ahora, que tiene cuatro, no se ha dado cuenta de que tampoco suma».

El cruce de reproches entre las dos formaciones que compiten por el espacio de la derecha y el centroderecha llega en un momento en el que el PP bulle de inquietud. En un partido acostumbrado a no cuestionar al líder, pocas críticas trascienden (más allá de la de Aznar o el exministro José Manuel García Margallo), pero eso no significa que los barones del partido estén satisfechos.

Hernando trató de minimizar la gravedad de la situación y salió en defensa de Rajoy frente a los ataques de su antiguo jefe de filas, muy elogioso con Ciudadanos. «Los toros desde la barrera se ven más fáciles y lo que yo espero de mi querido expresidente -dijo con cierta sorna- es que nos siga ayudando a mejorar siempre el país y las cosas».

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