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Soraya Sáenz de Santamaría, ayer durante su comparecencia ante los medios en Madrigalejo (Cáceres). :: Jero Morales / efe
Los candidatos del PP acentúan su perfil de centro y de derecha en la recta final

Los candidatos del PP acentúan su perfil de centro y de derecha en la recta final

Casado se sitúa sin complejos en el terreno conservador, mientras Sáenz de Santamaría busca el espacio moderado

RAMÓN GORRIARÁN

MADRID.

Domingo, 15 de julio 2018, 00:05

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Queda menos de una semana para elegir al sucesor de Mariano Rajoy al frente del PP y la campaña de los dos candidatos es cada día más áspera y el resultado más incierto. Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado siguen sin hablarse, salvo la breve y protocolaria charla que mantuvieron en una cena del grupo parlamentario, y llevan camino de no hacerlo antes del congreso del próximo fin de semana. La exvicepresidenta quiere negociar una lista unitaria y el exportavoz, no. Así las cosas, el diálogo no parece fácil.

Entre las pocas cosas que ahora suscitan el consenso en el PP es que el sistema que ideó Fernando Martínez-Maillo en el congreso nacional del año pasado para elegir al presidente del partido no estaba pensado para una disputa sin cuartel. Las primarias de militantes, con el posterior filtro de los compromisarios, eran un diseño para designar un líder por aclamación, que, lejos de dividir, reforzara la unidad de la organización. Por eso los dirigentes populares están sobrepasados por una virulencia verbal entre los candidatos para la que no estaban acostumbrados ni preparados.

La que fuera número dos de Mariano Rajoy quiere jugar el papel de la candidata conciliadora que busca preservar la unidad del PP ante todo y volvió a reclamar ayer a su adversario una reunión para «hablar largo y tendido» y cerrar una lista unitaria que evite la confrontación en el congreso. El vicesecretario, que antes daba largas al encuentro, esta vez ni contestó y subrayó que la voluntad integradora de la que hace gala la exvicepresidenta, él la practica con los hechos. «Mañana (por hoy) estaremos con (José Manuel García) Margallo, con Elio (Cabanes), con José Ramón (García Hernández) y con María Dolores (De Cospedal)», señaló ayer mismo en alusión a los adversarios derrotados en las primarias del 5 de julio y con los que se verá este domingo para trabajar «codo con codo». Eso es «una candidatura integradora», afirman en su equipo.

Los dos aspirantes siguen sin mantener una reunión pese a las peticiones de la exvicepresidenta

Esa confrontación, sin embargo, ha permitido diferenciar los proyectos de Sáenz de Santamaría y Casado. No se puede decir que son lo mismo, al menos en el tono discursivo. La exvicepresidenta desarrolla una campaña para convencer a los suyos de que es la mejor candidata del PP para recuperar la Moncloa, intenta remarcar su perfil de gestora con la experiencia de siete años de número dos del Gobierno de Rajoy y con posiciones institucionales y moderadas. Un proyecto «de centroderecha», subrayan en su candidatura.

El vicesecretario de Comunicación ha apostado por un discurso de derecha nítido, que sea, dice, «reconocible» para «los tres millones de votantes» que han abandonado el PP desde 2011. Entre los ingredientes de su proyecto está el combate al nacionalismo y la reivindicación de la españolidad sin complejos. Reprocha a su rival la forma y los tiempos para aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña y ha puesto sobre la mesa la ilegalización de los partidos independentistas.

Respeto

Un buen ejemplo de sus diferentes ópticas se presentó tras la decisión de la justicia alemana de negar la extradición a España por rebelión de Carlos Puigdemont. Sáenz de Santamaría mostró su «respeto por las decisiones judiciales». Casado también habló de «respeto», pero para España porque a su entender un tribunal germano de rango territorial no podía enmendar la plana al Tribunal Supremo de España.

El exportavoz se encuentra en este punto con el problema de que, sin renegar de los gobiernos de Rajoy, tiene que desmarcarse de ellos porque son a su entender la causa del deterioro político y electoral del PP. La exvicepresidenta tampoco hace del legado de Rajoy su bandera, también cree que resta y no suma, y ha centrado su estrategia en el futuro y la necesidad de preservar la unidad del partido.

Del mismo modo que los decibelios de la refriega suben cada día, también aumenta la temperatura en la pugna por los 3.082 compromisarios que tienen en su voto el nombre del sucesor de Rajoy. En la candidatura de Sáenz de Santamaría rezuman optimismo y algún dirigente asegura que aventajan en 800 delegados a su adversario, pero nadie se aventura a dar cifras más precisas. «Va bien», afirma uno de los colaboradores de la candidata. En el equipo de Casado también reinan las buenas expectativas y elevan a 2.500 el número de compromisarios que tienen de momento de su parte. Es una guerra de cifras que va a continuar hasta la víspera de la votación del próximo sábado.

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