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Viernes, 2 de junio 2017, 00:53
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Manuel Moix ya sabe qué le deparará el futuro, al menos el inmediato. Una vez cerrada su breve etapa en Anticorrupción, el efímero jefe de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada regresa al punto de partida, al Tribunal Supremo. Aunque con una diferencia. Porque Moix, el mismo día en que fue designado por Maza para «poner orden» en Anticorrupción fue ascendido en el escalafón y se convirtió en fiscal de sala, que es el cargo que ocupará a partir de ahora. Y que tiene la misma remuneración que el sueldo asignado al jefe de Anticorrupción: 106.922 euros anuales. En esto no sale perdiendo.
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